CANCIÓN DEL MONSTRUOSO REGIMIENTO

CANCIÓN DEL MONSTRUOSO REGIMIENTO
Carmen Herrera

Como dijo August Strindberg
que una mujer sea profesora de matemáticas, no solo es perjudicial y desagradable
es monstruoso.
En efecto −respondió John Knox−,
cualquier mujer que crea que puede enseñar, juzgar o reinar sobre un hombre, es un monstruo de la naturaleza,
por eso daremos El primer toque de trompeta contra el monstruoso regimiento de mujeres
porque
más allá de la incapacidad de una mujer individual como gobernante, todas las mujeres son débiles, frágiles, impacientes y tontas.
Por supuesto que son unos monstruos −afirmó Proudhon−; el impulso sexual femenino es lo más bajo y repugnante que existe en la naturaleza.
Eso es −apostilló Sigmund Freud− porque sufren toda la vida el trauma de la envidia del pene cuando descubren que están incompletas.
Si ya solo su aspecto − enfatizó Schopenhauer− revela que no están destinadas ni a los grandes trabajos de la inteligencia ni a los grandes trabajos materiales; evidentemente −precisó Hegel− las mujeres no están hechas para las ciencias más elevadas. Por eso no les gusta aprender a leer y escribir y, sin embargo, siempre están dispuestas para aprender a coser −aclaró Rousseau−. Sólo tienen una labor en el deporte: coronar a los campeones con guirnaldas −dijo muy convencido, el barón de Coubertin−. Definitivamente −resumió Pablo Motos− hay dos tipos de mujeres: las que saben perrear y las que no.

Es de todos sabido−concluyó Schopenhauer como corresponde a una eminencia− que las mujeres no son capaces de producir una obra perdurable, son como niñas toda su vida, sólo resultan atractivas hasta los 28 años y no poseen inteligencia… Solamente infundiéndoles temor puede mantenerse a esos monstruos dentro de los límites de la razón.

Carmen Herrera Castro

RAPASODIA

RAPASODIA
Martaerre Sobrecueva

La rapasodia no es una rapsodia, tampoco un episodio de rap.

La rapasodia podría venir a ser la esperanza de odiosas diosas de la lírica.

La Rapsodia se convierte en muletilla, cuando la empleas como recurso lingüístico.

Porque la rapasodia no ha venido para quedarse, ni volverse, no obstante perdurará en la mente de dos personas; la que la descubrió y la que la ocultó.

Por ello, deseo en voz alta, un gran aplauso al público que aquí nos acompaña. Me tomo dos rapasodias y me voy a dormir.

Pero rapasodia, déjenme insistir, viene, de un error al estornudar. Un error por no hallar la primera salida al contagiarse de un constipado común, como el covid. De vomitar versos sin rima, sin duda, ¡sin gas!

La rapasodia española no deja de ser septentrional, lo cual no aqueja nunca de ser el hándicap meridional de las políticas lingüísticas presentes, pasadas, ni previstas en los circuitos poéticos consuetudinarios del momento.

La rapasodia no es tampoco un desliz volcánlico, siquiera consonántlico. Para ello han debido de transcurrir muchas oleadas en los últimos años. Mascarillas de todo tipo han debido de ser utilizadas, recicladas, desgastadas, mutiladas en tooodo tipo de superficie e hipermercado digital. La rapasodia ha sobrevivido a toda mascarada, porque, hagamos memoria, esta hélice creada para girar las palabras suscribe la esencia de tanta vivacidad en la cúspide del arte de acción, porque es la poesía la que se discute, quizá disculpa, entre la vida y la muerte.

No ha venido este recurso literario a solventar los problemas de tantos otros. No. Pues su razón no se aleja de la incongruencia: en definitiva, se reduce a que existe un más acá, que un menos allá se perdería en las colinas de un horizonte de perlas cautivadas y la cuestión es, dónde existiría dicho huerto del «no estar» y dónde estamos nosotras, las personas que delatamos vecinos ruidosos, sino en la composición que dé armonía a nuestras vibraciones internas que desembocan en palabras acompañadas de palabras. Y eso es la rapasodia, el recurso literario que engloba todos, pero que se queda solo sólo por abandono de sus compañeros de verso.

Denunciado este desencuentro, la rapasodia busca editorial entre las piedras. Dicha búsqueda comenzó en un AEIOU, destornilló varias gradas de teatros romanos, para lo cual hubo de emigrar, se decoloró el vello público, rasgó las vestiduras de diversos santos de altares precolombinos, disuadió policías al cruzar en rojo a la izquierda, en definitiva, no volvió a merendar en merenderos, por redundante que sonara, por disgustarle la manera en que se había vertebrado el poema al cantar al Cristo de los gitanos, que ni con sangre en las manos podría descabalgar más versos, ni fonemas que le ofreciera un poco de paz, por amor al prójimo, tan próximo al vértice que conecta la vocal con el vértigo de la consonante flamenca de Flandes, que ya no se llama así sino de la manera que la mañana despierta en la mayoría de descendientes de torres de Babel, donde los idiomas se enseñan a pares y los pares se llevan en los pies.

En definitiva, si la rapasodia tuviera una oportunidad entre los distintos discursos y disciplinas actuales, no sería un ácrata, sino la voz por llegar en tres minutos de aplicación informática, pero que se retrasa otros tres, coma periodo, hasta que una aliteración se revelara cual onomatopeya que no para ni masía en los campos de la labranza poética.

¿Termina la pregunta siempre en signo de interrogación?

La respuesta discierne sin dicho apoyo estructural. No será sino la rapasodia el bastón, la alcayata o hembrina embrionaria que la define frente a la laguna, sin vértice, que constriñe la ausencia de delfines en estos mares donde las poetas aún escriben. Vale.

VACÍOS

VACÍOS
Mariano H. de Ossorno

0. La velocidad con que el presente se desvanece en la corriente del Tiempo, nos deja de manera irremediable en el Vacío. Tanto es así, que un Manifiesto cuyo motivo principal sea el Vacío, debe quedar pr-escrito en la misma acción que refiere.
1. La vida, la vida, la vida es… cantaba Camarón cuando se vaciaba.
2. En las gasolineras se repone el vacío. Lleno, por favor.
3. Permanecer en el borde de la piscina. Tan recto, que ya resulte imposible verte vaciado en el agua.
4. Ese oscuro deseo del objeto.
5. Escuchar la música en silencio si de lo que se trata es de oír el vacío interior.
6.El absurdo de releer una novela de misterio.
7.Lo invisible ocupa un lugar vacío, por ello sí resulta tan dificultoso ocupar un lugar vacío
8.Vacío de poder. Bendita circunstancia.
9.Tomaron el vacío al asalto.
10.Pero el vacío, ¡Ay!, no opuso resistencia.
11.El vacío ni se crea ni se destruye, sólo se disfraza.
12.El corazón del hombre es un gran vacío, por ello que sólo los cínicos se enamoran locamente.
13.¿Y las mujeres? ¡Ay, el corazón de las mujeres!
14.Donde hay ruido no hay vacío. Por ello si las bestias, que temen al vacío más que a una vara verde, se amansan con la música.
15.Las alarmas crean vacío.
16.Vaciado en bronce.
17.Los vigilantes del vacío pierden el tiempo y, al cabo, se ciegan.
18.Los cazadores de fantasmas rehúyen dejarse fotografiar con sus capturas.
19.El vacío y la presunción de inocencia. Todo inocente es un vacío hasta que se carga de la culpa que lleva inscrita en el documento nacional de identidad.
20.Todo vacío sumergido en un fluido ejerce un empuje hacia arriba, igual al peso del fluido desalojado.
21.El peso de un recipiente vacío menos el peso del material del recipiente, igual al peso del vacío.
22.En cualquier caso, el vacío es y será siempre un sobrepeso.
23.A tumba abierta se crea un vacío lamentable.
24.El vacío interior –vacuum intus-, mal llamado angustia vital –vitalis anxietas-, no tiene remiendo desde fuera.
25.Pese a la mala opinión que corre sobre su inteligencia, las rubias no están vacías, están por fuera. Por ejemplo: Norma Jean, por dentro, era Marilyn Monroe, por fuera.
26.Los Centinelas del Vacío cuidan de que Nadie lo llene de cosas vanas. El suyo es un oficio sin futuro. Uno a uno, pronto los irán despidiendo a todos para así llevar el Vacío aún más lejos.
26.En otro tiempo había Hijos del Agobio. Hoy quedan Hijos del Vacío. Hijos vacíos.
27.Cuando llegamos, de mucho tiempo veníamos con el estómago Vacío. Llenos de hambre.
28.Según Jorge Oteiza, el ser que vendrá se apoyará en el Vacío. De otro modo, la Esfinge lo habría devorado en un instante.
29.El Vacío anda con la portañuela abierta. Por ahí se le escapó el pajarito.
30.Los Maestros del Vacío estudiaron en la Escuela de la Angustia.
31.Así la estatua del santo patrón de un templo exige a su alrededor un ámbito privilegiado de resonancia, un Vacío proporcional a la importancia que su condición patronal le confiere en ese contexto determinado Alfonso López Quintás
32.Vacío trascendental, Vacío proporcional, Vacío interior. Vacío existencial… Al Vacío le sobran los calificativos.
33.El milagro culinario de los berberechos al Vacío.
34.Soleá del Vacío.
35.Quien entra en un agujero / ya ni con suerte sale. / De todos los agujeros, / menos del de los ojales
36.Ni el océano, ni el sepulcro, ni la vulva dicen: Es suficiente. Pascal Quignard
37.En el vacío ruso se esconde un vacío menor. Y dentro de este vacío menor, un vacío aún menor. Y así sucesivamente, hasta llegar a ese donde ya no cabe más vacío en el vacío. Por muy disminuido.
38.“La insoportable brevedad del ser”.
39.Maestro, ¿Qué es el vacío? La respuesta del Maestro fue todo menos complaciente.
40.Si el vacío fuese de fuego, lo apagaría el agua. Si el vacío fuese de agua, con un fuego se evaporaría.
41.La soledad no es estar solo, es estar vacío. Lo dice Séneca, nada menos.
42.El vacío arquitectónico. Las grandes obras de la Antigüedad anteayer no estaban.
43.El vacío escatológico. Aquel que lee en el retrete, se vacía por partida doble.
44.Sobre mi propio vacío. Nunca sentí la necesidad de escribir tanto sobre tan poco.
45.No mata más la bala que el vacío que abre.
46.El cuerpo queda vacío cuando el alma, traidora y cobarde, se le va al cielo.
47.El imperialismo es un tigre de papel en un territorio vacío.
48.El vacío ecológico. El alcalde de Lanjarón, provincia de Granada, al límite de Las Alpujarras, prohibió a sus convecinos morirse dentro del término municipal. El crudo problema al que se enfrentaba la Corporación Municipal era ganar vacío en el cementerio para las futuras generaciones.
49.Al despejar la incógnita, la ecuación queda vacía.
50.Algunos pueblos antiguos confundieron el mar con el vacío, e indistintamente, se referían a él con uno u otro nombre. El mar y el vacío eran nombres que aterraban, antes, incluso, de que los nombraran.
51.Una larga o-vacio-n cerró el acuerdo.
52.“Lo invisible ocupa un lugar vacío.” Con ello, Ibrahim de Nola, el Nolano, nos advertía que mejor esperar a la exposición de la teoría adecuada, antes de meternos donde no cabemos.
53.El vacío carece del sentido del humor suficiente para, de ser pillado en falta, saber fingir un cierto alivio por el peso que le quitan de encima.
54.Entre el cielo y el infierno, el vacío. Para los que actuaron sin maldad ni provecho propio.
55.De oficio vaciador, nunca se da por satisfecho.
56.Vacíate de ti mismo. Es menos socrático cuanto más eficiente.
57.De la buena lectura: el Vacío. ¡Qué de las malas ya aprendo!
58.La viuda del Vacío ríe a escondidas.
59.Pensión El Vacío. Se admiten huéspedes estables.
60.Al pie de la cama: la ropa vacía. The rest is silence.
61.Los mejores escondites están en el Vacío.
62.Siempre habrá un Vacío donde esconderse.
63.El Vacío según Paco de Lucía: Entre dos aguas.
64.Olvidar el futuro; hacerle el Vacío.
65.El deseo deconstruye el Vacío. El Vacío da forma al deseo.
66.El vacío según Robert Musil: El hombre sin atributos.
67.Un día alquilé un piso vacío. Cuando me fui, el vacío seguía allí.
68.Antónimo del Vacío: El baúl de la Piquer.
69.Mostrarse y a la vez ocultarse, eso es el vacío.
70.Está vacío, igual que un ritmo. Pierre Michon
71.Guardado está el secreto / por el aire vacío. Luis Cernuda
72.Un vaciado no es el vacío.
73.El vacío que hay entre las púas del peine no ordena sino el vacío que hay entre los cabellos. Pascal Quignard
74.Dentro queda Faustino. Afuera, la nada. Paco Cerdà
75.No sé si será así o será de cualquier otro modo, pero me parece que el vacío terminó escogiendo a Dios como esclusa.
76.La puerta de la casa del vacío siempre está abierta, pero por ella sale más de lo que entra.
77.Un ciego con una pistola Chester Himes es una premonición del Vacío que vendrá Maurice Blanchot
78.De los retretes, como del vacío, sólo sobresalen los bordes.
79.Cuando las cosas están en su sitio, el vacío duerme plácido, como un chiquillo que crece vitaminado.
80.Se vende piso vacío. De lo cual cabría deducir que lo opuesto a vacío es amueblado.
81.Llenar el vacío resultó caótico. Más tarde, organizar el caos fue como recuperar el vacío.
82.No hay vacío, sino estelas en la mar. Antonio Machado
83.¿Existe un archivo de vacíos?  ¿Ordenados según qué normas?
84.Vacío está el vacío de vacuidades.
85.¿Dónde empieza y dónde concluye el vacío? ¿Allí donde topa con el borde de un mueble, pongamos por caso? No, ahí lo que empieza y lo que acaba es el mueble.
86.La maldad así lo dictamina: Ser fieles al vacío. Desconocer la norma, no te libra de su cumplimiento.
87.La verdad sostiene con desmesurada vehemencia que la mentira es el vacío. Entonces, la mentira no será tan absolutista como la verdad lo es.


88.Es ridículo, casi tanto como un plato de sopa fría, que lo que no existe tenga un nombre con el que llamarlo.
89.¿Qué se le puede reprochar al vacío? ¿Su inaccesibilidad?
90.Vaciar y viciar: las vocales cómplices.
91.¿Cómo son los recuerdos del vacío? Mas sin referirnos a nada concreto; a nada que una vez nos vaciara por dentro.
92.¿Qué intenciones abriga el vacío? Nos sorprendería saber que ninguna, pues la falta de intencionalidad (en cualquier cosa) es otro manera de significar el vacío.
93.¿Qué pretende usted? ¿Yo? No, nada pretendo ni requiero. Porque el vacío no tiene la misericordia precisa para hacernos creer que nos necesita.
94.Lo contrario del vacío bien pudiera resultar ser la plenitud: una vida que se vació instante tras instante.
95.Cariño, he agrandado el vacío.
96.Acontece en el vacío la representación de la nada muda; de la muda nada.
97.París Texas de Will Wenders es una película sobre el vacío posible de transitar sin salir de donde estamos. Que no es París ni es Texas.
98.Transitar el vacío sólo le está permitido a los funambulistas. –Falsa greguería.
99.Entre el vacío y el cielo siempre se extenderá el vuelo de un pájaro grande capaz de rescatar al mono en su grave caída hacia el humano vacío.
100.Otra posibilidad del vacío es desentenderse.
101.En su mitad vacía, algunas hojas verdes le han salido.
102.Los fantasmas no asustan al vacío, sino que son ellos los que viven con el miedo en el cuerpo, sabedores de que es el vacío lo que se extiende bajo sus sábanas blancas. Unas de algodón y otras de seda. También las hay de franela.
103.Una casa vacía no es necesariamente la imagen de la tristeza, de la soledad, del encontrarse desangelado. En cambio, ‘mi casa vacía’ ya lo parece más. Al menos en los tientos que cantaba José Menese: ‘Mi casa vacía sin ti y sin tu aliento, / te están echando de menos, / por los pasitos que en ellos dabas, / los ladrillitos del suelo’.
104.A los pies del vacío / duerme mi gata / su sueño frío.
105.El cuerpo transparente del vacío. Su mirada perdida. El pálido temblor de su voz. Cómo agita los brazos si se siente desasistido. Su caminar oblicuo.
106.Sin embargo, quien una vez lo ha visto luciendo su traje de lino blanco, habla verdades de una elegancia natural que no pasa desapercibida.
107.Ontología del vacío: Supuso que debía morir para así derrotar a Dios en su propio terreno.
108.Quien un día me quiso, al otro día se fue de mi vera dejando un gran vacío en mi vida.
109.Si el vacío es honesto, entonces la plenitud representa el papel de la deshonestidad que hay en olvidar todo cuanto vamos dejando atrás.
110.Aquella noche, la noche de bodas del vacío y la plenitud, lo honesto y lo deshonesto, fue el comienzo del mundo y el comienzo del fin del mundo.
111.La plenitud reía y reía y reía, durante exactamente el mismo tiempo que el vacío le hablaba.
112.La boca se vacía en el beso.
113.El beso vacía la boca de vacuidades.
114.Llevamos un Vacío nuevo en nuestros corazones. El falso Durruti.
115.En nuestra ausencia, los espejos reflejan el vacío que tienen delante. O no.
116.El Vacío se dobla en los espejos.
117.Tu ausencia me llena. Tu presencia me vacía.
118.La Historia, o esa insoportable tendencia a llenar el vacío.
119.Dan fe del Vacío los versos de Vicente Aleixandre: Cuando el agua se va, queda en los bordes; de Juan de la Cruz: Vivo sin vivir en mí; de Antonio González Haba: Fuera todo esto de aquí; de César Vallejo: Pero el cadáver, ¡Ay!, siguió muriendo.
120.No hay límite si hay resurrección. La carne aflora en el verso. El verso se difumina en el Vacío.    
121.Nada en el Vació sugiere lo lleno. Nadie en lo lleno refiere el Vacío.
122.La soledad es un vacío fingido.
123.El Vacío: Un catastro de Huecos. Eduardo Hurtado
124.Los brazos abiertos abrazan el vacío.
125.Al final de los tiempos no habrá el Juicio Final, tal y como viene anunciado en los libros de texto. Los hombres y las mujeres acudirán a la Sala de lo Contencioso en desautorizada manifestación contra el vacío que se abre ante sus ojos.
126.El vacío se diluye en sus representaciones.
127.La inoportuna literalidad del vacío.
128.El vacío anda necesitado de  una narración puntillosa. Más que texto, mapa.
129.La afición sacó al vacío en hombros.
130.Las mujeres nunca podremos estar vacías, no va con nuestra naturaleza. Enma Alonso
131.Ibrahim de Nola, el Nolano, sospechaba que las mujeres son ese ‘lo invisible’ ocupando el vacío. Los poetas lo llamaban la musa, y los arquitectos, el espíritu del lugar.
132.En el vacío, los puntos cardinales están en todas partes.
133.No es factible direccionarse en el vacío.
134.Vacío en obras. Próxima apertura.
135.Tirando del hilo se llega al vacío.
136.Ni conejo ni paloma. El mago que solo encontraba el vacío al hurgar en su sombrero.
137.El vacío ante el espejo… ‘el uno era el otro y los dos eran ninguno’.
138.Se sale del vacío con los calcetines empapados.
139.El vacío tiene efectos secundarios de difícil tratamiento. Consulte con su psicoanalista.
140.El lugar de ‘la cosa en sí’ fue ocupado por la música. Osvaldo Lamborghini
141.Mientras haya, que acompañe la música.
Los vecinos no van a molestarse.
142.El vacío ni se crea ni se destruye, solo se recicla.
143.El vacío ocurre una vez y nunca mais.
144.En ciertas ocasiones se echa de menos el vacío.
145.Fernando Pessoa llamaba desasosiego al vacío.
146.K. sabe que en aquel vacío hay algo. Roberto Calasso
147.El actor que vuelve al escenario reclamado por el aplauso de una sala vacía.
148.Me moría seco, vacío. Gonzalo Rojas
149.Resucitar será volver entrar al vacío, pero con buen pie.
150.¿Cómo clasificar esos vacíos que, al recordar, hallamos en la memoria? Mas, en realidad, no los hallamos, por mucho saber que ahí están.
151.Algo he aprendido a lo largo de estos cuatro años, y es que para reír hace falta tener el estómago vacío. William Faulkner
152.El artista se hace vaciándose de sí mismo. José Ángel Valente
153.Poblar el espacio para cubrir el vacío es encontrar el camino del vacío, es partir de una línea en flor para caer vertiginosamente en el vacío. Antonin Artaud
154.Si no fuese blanca, la nieve sería olvido, que es, entre todos, un color vacío.
155.El silencio es la manera de decir y el vacío es la manera de representar. Joan Brossa
156.El vacío es preferible, por vacío que esté.
157.El vacío en las manos del pobre.
158.El Vacío es una estancia sin Tiempo. No obstante, nos dice John Cage, en el Vacío se escuchan dos ritmos: el ritmo del corazón y el ritmo de la respiración, como recordatorio de que sigue habiendo un “orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas”, el cual sumamos a las innúmeras ausencias del Vacío.
159.El olvido resulta un vacío sustanciado. Como el Caldo Avecrem Gallina Blanca.
160.El vacío es eterno. Ya estaba antes y estará luego. Se hereda y se deja en herencia, como el color de ojos, los rizos del pelo, la longitud de los dedos, el gusto por algunas voces añosas, cadenciosos ecos de canciones jamás escuchadas en directo.
161.El animal no puede hablar y no puede saber de su muerte, dice Heidegger. Esto es: El animal es un ser vacío, según Heidegger.
162.Suerte la de contar con las palabras para hablar del vacío.
163.El ciego, el sordo, el mudo, el tonto pueblerino y el maestro zen.
164.Entre las canciones de los vinilos suena el arrastre del vacío.
165.Por lo general, el vacío suele pasar desapercibido.
166.En todo vacío hay un Innombrable y un Godot.
167.La hora de la siesta. Un vacío que en nada se correspondía con la ardiente claridad reinante en la casa tras almorzar.
168.A su imagen y semejanza. Esto es, ilusión o proyección del vacío sobre un plano igualmente vacío. Tan raso panorama debe resultarle chocante a cuantos se tienen por los autores de la obra.
169.La conca tibia de las manos al recoger el agua. La forma anómalo de los labios a ofrecerse a un beso.
170.El que resbala en el vacío, jamás termina de caer.
171.… el vacío es lo que buscan para llenarlo con sus productos. Ignacio Gómez de Liaño
172.… y el tacto del vacío resume la existencia. Francisco Brines
173.El maridaje entre el vacío y la plenitud, en tanto motivo poético recurrente, vive con los días contados.
174.No hemos traído el espacio hasta aquí como para ahora contentarnos con dejarlo vacío.
175.Pero en el centro del vacío hay otra fiesta. Roberto Juarroz

DE LAS BONDADES DE LO INÚTIL

DE LAS BONDADES DE LO INÚTIL

Por el insignificante Catedrático de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras Vicente Gascón García (un inútil total)

En un mundo movido por intereses, los beneficios por todo lo útil, pretendo defender y defiendo la inutilidad como garante del buen vivir y denuncia de la inutilidad y nocividad de lo útil.

Son útiles los reyes y presidentes, los políticos y clérigos, la economía de mercado y el capital, al menos eso en los que nos dicen reyes, presidentes, políticos, clérigos y empresarios; no sólo lo dicen, sino que también imponen estas creencias en las subyugadas mentes de vasallos, ciudadanos y populacho que, sorprendentemente, les apoyan y respaldan.

Ciertamente, todo esto es muy útil si analizamos el patrimonio y logros económicos de los que ocupan los puestos superiores de la pirámide poblacional. Pero es cuestionable la utilidad de los que están sometidos a la cadena productiva que alimenta las ambiciosas tragaderas de los poderosos.

Sin embargo, las artes no llenan estómagos, no trafican con medicamentos, no mueven máquinas, ni provocan guerras. Bueno, salvo cuando los superiores se aprovechan de las artes para especular y marcar distinción; porque, cómo demostrarían que son superiores y poderosos, si no poseyesen el cuadro o la escultura más cara, o no pudiesen disfrutar, de forma exclusiva, de los grandes eventos musicales o literarios, de rodearse, para su uso personal, de los bufones de las artes, las letras y los espectáculos.

Cuadros, esculturas, literaturas, poética, música, danza, teatro, etc., realmente son tan útiles que los pueden disfrutar, de una manera u otra, hasta los más miserables. No saciarán su apetito, no mejorará su economía o estatus social, ni salvarán sus vidas; pero, a todos proporcionará un cierto goce personal, una sensación de bienestar y calidad de vida. Podrán vivir en chabolas de material de desecho, pero en sus paredes podrás encontrar una bella lámina rescatada de la basura, un objeto meramente decorativo o un reproductor de audio. No aportan absolutamente nada para mejorar su miseria, ni le reconocerán ningún valor económico, tan solo permanecen en su compañía para transcender la vulgaridad de lo cotidiano.

Desde los tiempos más remotos nos hemos rodeados de estos objetos inservibles, desde una piedra con tonalidades o formas que nos atrajo la atención, ramas y trozos de madera, dibujos y pinturas sobre las paredes, músicas para la danza o simplemente para romper el silencio. Objetos y enseres inútiles que se pueden abandonar en una huida precipitada, que sin embargo, a veces, es lo primero en meter en la saca.

Y, ¿qué pasa con lo útil? Por lo útil se pelea y se mata, se generan guerras y odios, se rompen amistades o se deshacen familias. Si asaltan tu casa, los ladrones despreciarán casi todo y sólo se llevaran lo útil, salvo que algo inútil, posea un valor económico que le convierte automáticamente en algo útil, útil para canjear por otras cosas más útiles.

Un coche es algo útil, al menos si necesitas desplazarte con cierta frecuencia. Aunque un coche de alta gama es absolutamente inútil. Si el poseedor, por algún revés pierde poder adquisitivo, el coche de alta gama, no sólo se vuelve inútil sino que genera costes que restan poder adquisitivo y de nada sirve la distinción que pudiera aportar, cuando lo que necesitas es pan.

Curiosamente los más miserables, se conforman con tener entre sus pertenencias el tapacubos o la insignia de ese elegante vehículo, llegando, incluso, a robrarlo sin que ello le vaya a sacar de su penumbra económica.

En resumidas cuentas, lo inútil parece aportar satisfacción, hacer sentir que has alcanzado algunos logros y distinción, o simplemente que aumenta la confortabilidad de tu espacio íntimo, aunque en realidad no sirve, crematísticamente hablando, para absolutamente nada.

Ciertos políticos, en cuanto toman el poder, las primeras medidas que toman es eliminar todo lo que ellos creen inútil; en educación suprimen materias como filosofía, arte, música,.. y potencian otras que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los poderosos, arguyendo que sirven para facilitar la disponibilidad de puestos de trabajo, trabajo para satisfacer las necesidades del buen vivir de las personas de bien. Alguien tendrá que limpiar sus casas, cuidar de sus jardines, cocinar suculentos manjares y fabricar sus coches de alta gama.

Lo inútil nos hace más humanos, lo útil nos convierte en depredadores.  ¡Viva todo lo inútil! ¡Viva las Artes y las letras! Vivo en una cueva, pero he pintado en sus paredes manos, monigotes y animales.

DEL VIVIR ESTÓLIDO

DEL VIVIR ESTÓLIDO
Mariano H. de Ossorno

Gusta el Maestro Mateos de pasar las mejores horas de la tarde, cuando es que el sofoco comienza a apaciguarse, en animosa conversación con afines y desafines a su verba, pues de todo ha de haber si se busca una charla productiva y no mero el chachareo de bocas alicaídas o alienadas [palabra que poco se hace oír en las tabernas], alrededor, siempre, de una botella del buen vino  de la tierra; ese vino bronco de uvas negras y jugosas capaz de encrespar hasta al mismo Lázaro que lo probara.

El Maestro Mateos es hombre sencillo y cauteloso por lo común, mas cuando el vino cunde en la mesa de la taberna, cumpliendo con creces su encomendado cometido, momento en que todos los asistentes se vuelven como piedras de mechero, enseguida prestos a soltar sin previo aviso su chispa incendiaria, él, como a su vez los otros, suele porfiar a favor de las mayores extravagancias que el vapor del pirriaque agita su, por lo demás, bien amueblada cabeza, pero en cuyo trastero deben acumularse, sin orden ni concierto, esos otros muebles que sólo aguardan la oportunidad de recuperar su antiguo sitio en la casa, como el mono que llevamos dentro pugna por recuperar su animalidad más retraída.

Entonces, poseído la euforia festivalera del alpiste afloja lenguas, el Maestro Mateos, al igual que el peor de los nihilistas, el más radical de los profetas apocalípticos, hace crujir el ya calentado ambiente, soltando sus imponderables amonestaciones contra todo y contra todos; contra esto uno y aquello otro de cuanto en el mundo le alimenta la tirria que le viene carcomiendo las entendederas, al igual que el óxido al hierro, desde que se doctorara en Metatísica con una tesis sobre “El malestar de la cultura y sus efectos en la vida diaria del Ser pensante”. Fue encontrándose en mitad de la redacción de la misma, circunstancia que el Maestro Mateos considera crucial en el desarrollo de su pensamiento, que se cayó del caballo, como el mismísimo Pablo de Tarso –aunque él saliera del incidente peor parado que el viejo doctrinario– y se reconvirtió de entusiasta en detractor; de ángel en diablo; de buena persona en mal bicho; de uno en dos: un Maestro Mateos bonachón y constructivo a las hora claras del día y otro Maestro Mateos desaforado y destructivo nada más apagarse el sol en la lejanía. Porque entonces, solo entonces, cosa que ya hemos adelantando, pero que el trazado de esta narración nos fuerza a repetir, al favor del vino aflora su inconsciente malherido y comienza a canturrear, a cada palabra con mayor vehemencia, la lista de cuantas aportaciones de la maldita Cultura siguen triunfando en amargarle su plácida existencia a la perpleja Humanidad, que no sabe reaccionar a tiempo, ni ganas que parece tener.

Hoy, por situarnos en el presente más inmediato, en lo que oímos mientras compartimos mesa con el Maestro Mateos, tal bestias mansas y complacientes, ha sacado del pozo de esos innúmeros adelantos civilizadores que, según él, se establecen en nosotros con la única finalidad de entorpecernos el vivir sin fama a cambio de la gloria de un sinvivir civilizado, al comer espinacas cocidas y las películas en versión original y el olor dulzón del tabaco de pipa y el club de los corazones solitarios y los pasquines de casas de masajes y las rosas cúbicas de los poetas y las hileras de las procesionarias del pino y el licor de moras y que te soliciten un favor y las propiedades comunes de las vitaminas y el clamor de los atletas y las encuestas electorales y los ambientes sobrecargados y la sopa recalentado al microondas y las olas y las primaveras y los columpios y bailar pegado y las traducciones del portugués y los portaminas y los portaviones y las dentaduras postizas y los coches de motor eléctrico y la hora de acostarse y los teleñecos y el calor húmedo del agua caliente y las piperas que venden cigarrillos de matalauva y las tiendas de semillas exóticas y los brotes sicóticos de los alumnos díscolos y los sombreros de ala ancha y las cachiporras de los municipales y las camisas de fuerzas y los sillines de las bicicletas y el gallo de morón y los molletes de Antequera y las ensaimadas y los andares cansinos y las excursiones a la montaña y la ley de la gravedad y leer libros recomendados y los brazos de algunas mecedoras y los farolillos de los restaurantes orientales y los inviernos fríos y de poco llover y los estados de derecho y los ingredientes de la purrusalda y  los vientos en la cara y el pan de molde y los espacios abiertos y los libros de bolsillo y el morirse los seres queridos y la parsimonia de las salamanquesas y saber por dónde vas y perderse los seriales de la radio y contar sin los dedos y las músicas sordas y los pantalones ajustados al culo y las aceitunas negras y las retrasmisiones deportivas y los crecepelos…

Y así como les cuento, el Maestro Mateos, jornada tras otra –descontando los días festivos y los del mes de agosto, que la taberna cierra para merecido solaz de sus dueños y servidores–, se explaya expandiendo entre los bayucanos, que no faltamos a las citas sin causa justificada, la interminable nómina de los condicionantes  invisibles que la dorada civilización, el inagotable progreso, en su avidez de novedades, y en el querer pernicioso de hacer de todos nosotros una especie trascedente, dice ir regalándonos al objeto de sacarnos, algún mañana, de nuestra congénita estupidez de origen, y que por ser cosas de tan sencilla apariencia y de tan común protagonismo, se aceptan con enorme desparpajo y confianza en sus intenciones, cuando lo cierto es que, hasta el momento, ningún aprender más, ningún caudal de conocimientos adquiridos, nos ha librado de la estupidez.

Pero, aunque así no lo quiera el Maestro Mateos, él sabe bien que hay que seguir enseñando (vocación no le falta), pues de no dejar de ser estúpidos, seamos, al menos, unos estúpidos ilustrados. Buena gente que sueña con regresar rendidos a las salvíficas labores del campo.

(A Agustín García Calvo, maestro interminable)

LA INUTILIDAD Y LA SANDEZ COMO IMPULSORAS DE LA CREATIVIDAD

LA INUTILIDAD Y LA SANDEZ COMO IMPULSORAS DE LA CREATIVIDAD
Manel Costa

Dos billones (con b) de dólares, al año, gastan los países —llamémosles— desarrollados en armamento. Haciendo un esfuerzo utópico, ¿podríamos pensar, por un momento, en si esa cantidad se invirtiera, cada año, en el bienestar de la humanidad (investigación, sanidad, educación, cultura, solidaridad…), cómo de distinta sería nuestra sociedad?

Entiendo que no es un párrafo adecuado para empezar a hablar de arte y estulticia, pero no crean… La memoria histórica que tenemos —milenio arriba milenio abajo— es de hace unos 5.000 años. Durante todo ese tiempo las sociedades —todas— se han gestionado, con pequeñas diferencias, por lo que entendemos por cordura y sensatez. Bueno, pues el resultado es el que es, y no hay otro. Una sociedad en quiebra moral y ética irreversible. Por tanto, mi propuesta es que sean sus contrarios, es decir, la inutilidad y la estulticia, las que nos guien en todos los ámbitos de la vida. Y a mi entender, la parte esencial para comenzar a construir una buena vida, es el arte y la cultura.

Allan Kaprov, creador o inventor del happening y las instalaciones, allá por los años 50 del pasado siglo, decía que el no-arte es aquello que aún no ha sido aceptado como arte pero ha captado la atención de un artista con tal posibilidad en mente. Para mí, este comienzo me es totalmente válido para elucubrar sobre aquello que todavía no sé de qué va a tratar, ni cómo voy a expresarlo.

Cuando leí, por primera vez, una traducción al castellano del “Elogio a la locura” de Erasmo, algo no me cuadraba, había alguna cosa que, desde el principio, me resultaba desconectada de mi predisposición conceptual a leer ese tratado. El encaje entre el contenido y la locura no acababan de ajustarse con la precisión que yo esperaba. Pasado un tiempo, leí que, en realidad, el título original era Stultitiae Laus, es decir, “Elogio de la estupidez o la estulticia”. Este descubrimiento —cuya interpretación puede ser errónea, sin embargo para mí me viene como anillo a Saturno—, fue una puerta abierta al entendimiento de la configuración de esta sociedad humana en la que vivimos. Ahora sí comprendía muchas cosas que, ¡oh sorpresa!, conformaban las estructuras sociales y civiles de esa humanidad que me resultaba indigna e incomprensible, sobre todo inexplicable.

La estupidez suelen situarla en oposición a la sagacidad, a la inteligencia, a la perspicacia. Escribía Kierkegaard, precisamente, que ante la indefinición de la memez, la falta de concreción en su descripción, se suele definir en términos de aquello a lo que se opone, o a lo que se piensa que se contrapone, no a lo que es en sí misma.

En 1866, el filósofo Johann Erdmann definió la forma nuclear de la estupidez: «La estupidez se refiere a la estrechez de miras. De ahí la palabra mentecato, «privado de mente». Estúpido es el que sólo tiene en cuenta un punto de vista: el suyo. Cuanto más se multipliquen los puntos de vista, menor será la estupidez y mayor la inteligencia».

Esto ya lo dijeron los pensadores griegos. La palabra idiota, según parece, define a la persona que no se ocupaba de los asuntos públicos, sino sólo de sus intereses privados. Es decir, lo que actualmente se conoce como egoísta, usurero, capitalista y depredador social. ¿Le estamos dando un significado totalmente opuesto, en la actualidad, a este adjetivo? Bueno, en realidad, a lo largo de la historia el concepto de idiotez ha ido cambiando según lo interpretaban, por un lado los talentos y por otro el vulgo; los memos y los locos estaban en el mismo cesto. Lo cual no deja de ser una bicoca, ya que de esa manera, la Academia Estúpida de las Artes y las Letras se acogerá a la interpretación que más le acomode en cada momento.

Este concepto, por tanto —y porque así nos interesa—, muestra y recalca que estamos rodeados de estúpidos. Nuestra sociedad es un claro ejemplo de que la idiotez está instalada en sus mismas raíces. En consecuencia, si, como componentes de esta tribu imbécil, somos unos idiotas más, seámoslo con fundamento. Ejerzamos como memos con inteligencia (esto puede parecer una contradicción, pero ya que somos idiotas actuemos como tales, es decir, contradictorios e indispuestos mentalmente), con cultura, puliendo la sandez hasta que se ofrezca como lo que es: una de las pocas maravillas de esta vida.

Contaba James Joyce que a su hija, que sufría de síndromes psicóticos, le gustaba escribir, pero su escritura era bastante incomprensible, similar a la que él mismo utilizó en Finnegans Wake. Preocupado la llevó a que la atendiera el doctor Carl Gustav Jung, a Suiza, donde vivía el afamado psiquiatra. Joyce le enseñó los escritos de su hija, y le dijo que escribía igual que él, pero él se sentía y lo sentían cuerdo, no así, entendía, (a) su querida hija. Jung le contestó: «donde usted nada, ella se ahoga». Este análisis tan maravilloso nos da pie para que los académicos/as, de ésta tan fascinante entidad, nos afanemos en aprender a «nadar» en la memez, con el fin de aprovechar todas las substancias prodigiosas que alberga. No queremos «ahogarnos», sino «nadar» y hacerlo contracorriente, cuanto más a contracorriente lo hagamos, mejor serán nuestras producciones artísticas.

Entiendo que el artista debe serlo las 24 h. del día. No acepto un artista por unas horas al día y menos a la semana. Y esto no quiere decir que haya que estar «produciendo» ininterrumpidamente. Mi concepto de artista es un ser que no vive en un espacio ni en un tiempo concreto. Sus gestos artísticos no tienen límites, ni reglas, y eso es así porque su capacidad de abstracción y de succión de lo que le rodea no tiene límites, ni tamiz o filtro. Absorber lo que la generalidad desecha, es lo más sugestivo y provechoso para realizar un arte honesto e incomerciable. La inutilidad que se le concede a la imbecilidad es la constante que puede (y debe) sostener la labor artística de un creador.

Por otra parte, también distinguiría, obviamente, el artista que consigue que la inutilidad de su obra sea manifiesta, a pesar de que su objetivo sea todo lo contrario, y aquel que busca, pacientemente, la falta de utilidad normativa de forma consciente.

Quizás, hablar de la estupidez intentando comprenderla y explicarla, sea un intento de posicionarse fuera de ella. Y probablemente sea así; es decir, el memo que intenta desmarcarse del grupo marginal de idiotas, señalando y estigmatizando a ese colectivo y manifestando, abiertamente, que él no pertenece a tan subestimada comunidad, en realidad, a mi entender, forma parte de la «sensatez» que ha llevado a la humanidad a la cima de su destrucción.

Los que nos reconocemos imbéciles conscientes, por tanto cultos e ilustrados, podemos caer en la pedantería, en tanto en cuanto calificamos a los idiotas ignorantes, sin pretenderlo, de personajillos que todavía no han entendido que este mundo que hemos construido es una verdadera calamidad, y que esta situación no nos ha venido del cielo o del azar incontrolable, esta realidad que disfrutamos, en la que descansamos nuestras vidas, es una responsabilidad totalmente nuestra. No deberíamos, por tanto, actuar como ellos. Como decía no sé quién: «déjalos, que no saben lo se hacen», o algo así.

Es evidente que el paradigma del «cubo blanco» o peana, que nos recuerda  Daniel Gasol en su magnífico libro Art (in)útil, ya se ha conseguido superar, en parte; naturalmente las instituciones culturales que dominan y dirigen el arte, habían logrado, a través de esos artefactos (peanas o marcos, ediciones y partituras) indicarnos qué es arte y qué no lo es. Es cierto que esos soportes han cambiado por otros más sofisticados, más invasivos y, sobre todo, virtuales. Sin embargo, en mi opinión, se está cambiando (con gran astucia) la herramienta pero no quien la utiliza. Todo sigue en manos de la utilidad sensata, interesada y codiciosa que, desde tiempos inmemoriales, ha gestionado el mundo del arte.

Pensemos, pues, qué podemos hacer para escapar de esta red «juiciosa».

Para terminar, les dejo unos cuantos aforismos de artistas y poetas que, en mi opinión, debemos, al menos, atender.

  • Abraham Flexner: La utilidad del conocimiento inútil.
  • Ovidio: Cuando has meditado a fondo lo que puedes hacer, verás que nada hay más útil que ese arte que no tiene ninguna utilidad.
  • Leonora Carrington: Una vez un perro le ladró a una máscara que hice, ha sido el comentario más honorable que he recibido
  • Giacomo Leopardi: Fundar un periódico que hace gala de ser inútil…, es lo más útil que he hecho en mi vida.
  • Elsa von Freytag-Loringhoven (Baronesa Dada): Todo artista está loco con respecto a la vida ordinaria
  • Théophile Gautier: Todo lo que es útil es feo; por ejemplo: las letrinas. O es bello o es útil, pero las dos cosas a la vez no las conozco.
  • Baudelaire: Ser un hombre útil me ha parecido siempre una cosa muy repulsiva.
  • Heidegger: Lo más útil es lo inútil. Lo útil es entendido como aquello que puede ser aplicado de manera práctica e inmediata a objetivos técnicos.
  • Ovidio: De esta manera, yo guardo con firmeza mi afán por lo inútil.
  • Ionesco: Si no se comprende la utilidad de lo inútil y la inutilidad de lo útil, no se puede comprender el arte.

Manel Costa

Rector de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras

PRIMEROS PASOS DADA EN PARÍS

PRIMEROS PASOS DADA EN PARÍS
Manuel Puertas

Una vez alumbrado Dada en el Cabaret Voltaire, tras escasos seis meses, la lactancia y crecimiento (su actividad) se traslada a otras salas de Zúrich. Los años suizos coinciden con la progresiva expansión internacional de Dada hacia Alemania : Berlin (Huelsenbeck), Colonia (Baargeld), Hannover (Kurt Schwitters) – que dará para estudio aparte- y  hasta Nueva York (Duchamp, Stieglitz), y llega el momento de su arribada a la capital del arte y la cultura de la época. Pero no iba a ser improvisado, Tzara con sus dotes de gran propagandista se había dedicado a crear un previo interés, a preparar el terreno para el acontecimiento, antes de depositar las semillas. Su obra Veinticinco poemas, que ya había enviado con anterioridad,  era deglutida con ansiedad por Breton. Aragon, Soupault, los tres mosqueteros de “Littérature”, y sus amigos y había creado la admiración y el “suspense” necesarios. También contribuyeron unos pequeños pasquines, denominados papillons (mariposas), hoy serían pegatinas, y que Éluard se encargó de hacer revolotear por los urinarios, bares y bulevares parisinos. “Dada à Paris” es el título que Michel Sanouillet dio a su esencial obra, extensa y magnífica investigación de los hechos ocurridos en la capital francesa durante los años Dada y los inicios del surrealismo gemelo.

“L’esprit nouveau” lanzado por Apollinaire impregnaba el aire parisiense, las actividades del Cabaret Voltaire y las publicaciones de la revista Dada y los Manifiestos  habían producido un efecto estruendoso. Picabia, que iba a ser el eslabón aglutinador entre el grupo de Littérature, Marcel Duchamp y Tristan Tzara, ya se había instalado en la capital francesa, y en su casa estuvieron alojados en diferente época Duchamp y Tzara. Janco, unos meses antes había sembrado la leyenda de que Tristan era un ser poco recomendable … alcanzada la paz tras la guerra mundial, y creada la expectación suficiente, todo confluía para la llegada a la estación del Norte de Tristan Tzara, que tiene lugar el día 17 de enero de 1920 (los felices 20) y, a pesar de haberse avisado, por despiste o malentendido, nadie aparece a recibirle por lo que, cargado con su equipaje, se presenta en el domicilio de Picabia en la calle Émile Auger donde, la compañera de Francesc, Germaine Eveling le recibe e inmediatamente manda recado a Breton y a sus amigos que raudos aparecen. Escribe Soupault años más tarde “París era para él (Tzara) la ciudad de los ecos. Bastaba con alzar un poco la voz en este gran laberinto, para que se nos escuchara por todas partes. Y Tristan Tzara tenía una voz estruendosa, de trueno divino”. Sin embargo la primera impresión del aspecto físico de Tzara les deja algo desconcertados, Germaine lo retrató con estas exactas palabras : “Era pequeño de estatura, vestía de blanco y negro como los grabados de su amigo Janco, hablando un francés deficiente, levemente arqueado, balanceando unos brazos cortos en cuyos extremos colgaban dos manos regordetas. Su piel era cérea, su mirada miope parecía buscar tras el monóculo un punto fijo donde agarrarse. Mesándose continuamente con un gesto involuntario un mechón de su cabello negro que caía sobre su frente”. El salón rococó de los Picabia sería el primer cuartel general de los dadaistas en París y durante las reuniones en él celebradas se gestaron los actos iniciáticos que revolucionaron los conceptos artísticos para los tiempos venideros, y que serán la base primigenia del Surrealismo.

Existían algunas revistas más, Sic, Nord-Sud, entre otras, ya eran conocidas las obras de Cocteau, Satie, Valery, etc., y después del armisticio iba en auge el impulso y la actividad de nuevas librerías, editoriales, salas de teatro, galerías de arte y por supuesto de numerosos cafés que serían lugar de reunión de los miembros de ambos movimientos. Francesc Picabia, desde su revista 391 había arremetido contra el Salón de Otoño, ya solo faltaba el detonante para que estallara el reguero de pólvora previamente esparcido.

Para la presentación pública de Tzara, el grupo de Littérature cambió el café Certa, centro de sus reuniones habituales, y alquiló una salita del Palais des Fêtes en la calle S. Martin el día 23 de Enero de 1920, seis días después de su llegada. Controlando la entrada René Hilsum, librero y posterior editor de Au Sans Pareil, daba paso a curiosos accidentales, intelectuales notorios y, por supuesto, numerosos periodistas dispuestos a interrumpir con el tema del día, la devaluación del franco, uno de ellos incluso sufrió una crisis cardíaca esperando en la puerta. El contenido de la matinal había sido discutido el día anterior en el domicilio de los Picabia donde Tzara mostró su larga experiencia y dotes para la preparación de este tipo de espectáculos, el programa, arquetipo de las posteriores actividades dada, estaba dividido en dos partes separadas por un intermedio musical e incluía una exposición de pinturas y obras plásticas. Sería la primera y única matinal del grupo de Littérature.

El primer “acto” comenzó por el texto Crise du change redactado y leído por André Salmon, que planteaba la superación del Simbolismo, seguido de poemas de Max Jacob, Pierre Reverdy, Blaise Cendras, Maurice Raynal y del propio Salmon. En el intermedio la música de algunos de Les Six y de otros compositores, intentó suavizar el crispado ambiente.

La presentación de las obras y cuadros expuestos – Gris, Chirico, Ribemont-Dessaignes, Picabia, Léger, y una escultura de Lipschitz fue acompañada de un bostezo general y un gélido silencio. El cubismo todavía no era comprendido. La obra más polémica fue Le Double monde en la que Picabia incluía el famoso acróstico, atribuido a Duchamp o perteneciente al acervo popular, LHOOQ que al pronunciarlo deletreando en francés se traduciría por “ella tiene el culo caliente”.

La reanudación estuvo dedicada a la lectura de textos de la nueva camada de poetas : Radiguet, Breton, Soupault, Aragon, mientras aumentaba el enfado de los asistentes, Tzara comenzó a leer el último discurso de Léon Daudet en la Cámara de Diputados y en los pasillos Aragon y Breton tocaban una campanillas, estalló la bronca, la sala empezó a quedarse vacía, el escándalo pretendido por la provocación de los dadaistas había surgido efecto, el grupo se había fácil y rápidamente compactado : se abría la veda.

Tzara asume las riendas de las sucesivas programaciones, siguiendo su experiencia de Zúrich, y edita el sexto número de la revista Dada retitulada como Boletin Dada, internacionalizado, que recoge textos de autores de diferentes países, el incendio se estaba propagando a una velocidad inusitada, con la inteligente labor de acelerante de Tzara.

El domingo 15 de Febrero Breton en misiva a Frances Picabia, siempre Picabia, anuncia un número especial dedicado a Dada en Littérature que en adelante, y poco a poco, dará un giro a esta publicación, hasta entonces de carácter más tradicional y nacionalista, para convertirse en órgano del nuevo movimiento. Mientras Littérature es una revista literaria al uso, de contenidos eruditos, artículos serios y poesía “clásica”, el Boletin Dada, amparado en el azar más absoluto, revoluciona la tipografía, aparece el famoso dedo indicador, es una publicación experimental, lúdica, original y basada en nuevas técnicas creativas, pudiera decirse hoy, a toro pasado, que es uno de los hitos entre las publicaciones del joven movimiento.

En esta mítica publicación aparece ya el boceto del programa de la siguiente sesión dada, preparada con más antelación que la primera. Erigido ya Tzara como director de orquesta y con sus portentosas dotes provocadores y propagandísticas idea la “boutade” de la participación de Charles Chaplin e inventa también la adhesión al movimiento dada de personajes como D’Annunzio, Henry Bergson y el Príncipe de Mónaco. El evento se organizó el día 5 de Febrero y una segunda exhibición dada se celebra en la sala del  Grand Palais que era la sede tradicional de los salones de otoño, el escándalo producido fue descomunal. Al final tardío del acto se ofrecía a los asistentes la posibilidad de que les leyera la mano el Sr. Buison, rey de los charlatanes. Los ecos tuvieron tal repercusión que unos días después algunos de los participantes, fueron invitados por el político Léo Poldés a repetir la representación en su sede, la capilla desacralizada de S. Antonio Abad sita en el número 6 de la Rue Puteaux, Breton leyó el devastador Manifiesto dada 1918 de Tzara y entre el público mayoritariamente obrero un grupo libertario comenzó un infernal debate que llegó a las manos e hizo a Aragon tomar las riendas. Del ambiente trabajador se pasó al ámbito universitario y unos días después el 19 de Febrero en la Universidad popular del barrio de San Antonio, el programa de la sesión calcado de los anteriores, el único efecto suscitado entre un público desinteresado fue una leve extrañeza.

En la Maison de l’Oeuvre, también conocida como Salle Berliotz, ubicada en el numero 55 de la rue Clichy el mismo lugar donde el 10 de diciembre de 1896 se había producido el monumental escándalo del estreno de Ubu roi de Jarry, se iba a celebrar otra aparición pública de dada, ésta con un contenido sensacional, preparado a conciencia por Tzara. Con una música totalmente inaudita de Varese, Schönberg, Satie, y una docena de actores aficionados, excepto la famosa Musidora, el sábado día  27 de Marzo, a las 8 y cuarto comienza un excepcional programa, entre otras actuaciones destacamos : Le pas de la chicorée frisé, fragmentos al azar para piano de Ribemont-Dessaignes, el Manifiesto caníbal de Picabia que leyó el propio Breton, y de las actuaciones teatrales sobresale el estreno de La primera aventura divina del Sr. Antipirina obra de Tzara que había sido publicada en Zúrich por el Cabaret Voltaire que bien pudiera considerarse como precursora del teatro del absurdo del también rumano Ionesco, de Adamov y  de Beckett, en el decorado una rueda de bicicleta, homenaje a Duchamp que anticipa también el concepto de objeto-actor, ya hacia el final del evento se presentaba la última provocación de Picabia : un marco con un mono de peluche y debajo el título “Retrato de Cézanne-Retrato de Rembrandt- Retrato de Renoir- Naturalezas muertas”. Pocas veces el escándalo ha alcanzado mayor paroxismo, en la sala y al día siguiente en toda la prensa nadie ahorró insultos e improperios ante tal provocación “estos monstruos se creen capaces de todo”, obviamente Dada estaba logrando su objetivo, soliviantar a las “buenas gentes”.  El programa de esta manifestación dada fue parcialmente recogido en la siguiente de la Salle Gaveau en el número 45 de la Rue La Boétie, en Mayo, donde como anunciaban los hombres anuncio a los dadaistas se cortarían el pelo ante público y como era de esperar volvieron a sucederse las ofensas e injurias .

Por no hacer más extenso este artículo, pero para no dejar nada importante, destacar el domicilio de Germaine Everling y Francesc Picabia en la calle Émile Auger    como lugar de encuentro y hervidero de ideas  durante estos primeros pasos dada en París, centro de reunión que luego se trasladará al café Certa y también reseñar la importancia de la apertura de la librería, editorial y sala de exposiciones Au sans pareil dirigida por René Hilsum y  donde se editarían las primeras publicaciones dada en París, que serán objeto de otra investigación.