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Discurso de ingreso
Miyaki Inukai
Presentado por la aspirante a idiota Miyaki Inukai
アカデミーへの入学スピーチ

«Buscando el nido de mis ‘emociones’ dentro de mi cuerpo»
Mi cuerpo a menudo se deja llevar por las emociones.
Cuando eso sucede, mi cuerpo inmediatamente pierde el control.
Como si estuviera infectado por un virus.
Todo en la vida está controlado por criaturas de otra dimensión llamadas “emociones”.
A veces intentan destruir el cuerpo que intenta sobrevivir biológicamente.
Además, a veces invocan poderes milagrosos de cuerpos que biológicamente están al borde de la muerte.
Estoy tratando de encontrar el «lugar donde viven las emociones» dentro de mi cuerpo.
Un lugar donde vive la alegría, un lugar donde vive la tristeza.
A veces amablemente. A veces violentamente.
Quiero capturar, extraer y mirar esta «emoción», una criatura de otra dimensión que vive en mi cuerpo.
¿De qué color es?
¿Qué forma tiene?
¿Es blando o duro
¿Huele?
¿Qué pasa si «mi amado cuerpo» se separa de «mis amadas emociones»?
Un adiós al yo caótico e informe que soy.
¿Mi cuerpo soy yo o mis emociones son yo?
Y simplemente respira y conviértete en un cuerpo sencillo que esté en armonía con la tierra.
Algún día me gustaría ir a Shark Bay en Australia y ver estromatolitos.
Allí respiro profundo y antiguo.
«Looking for the nest of my ‘emotions’ within my body»
My body is often taken over by emotions.
When that happens, my body immediately relinquishes control.
As if infected by a virus.
Everything in life is controlled by creatures of another dimension called “emotions”.
Sometimes they try to destroy the body that tries to survive biologically.
Also, sometimes they summon miraculous powers from bodies that are biologically on the brink of death.
I am trying to find the «place where emotions live» within my body.
A place where joy lives, a place where sadness lives.
Sometimes kindly. Sometimes violently.
I want to capture, extract, and look at this «emotion,» a creature of another dimension that lives in my body.
What color is it, what shape is it, is it soft or hard, does it smell?
What if «my beloved body» is separated from «my beloved emotions»?
A farewell to the chaotic, formless me that I am.
Is my body me, or are my emotions me?
And just breathe and become a plain body that is in harmony with the earth.
Someday, I would like to go to Shark Bay in Australia and see stromatolites.
I take a deep, ancient breath there.
「感情のすみかを探す」
私の身体はよく感情に乗っ取られます。 そうなると、私の身体はすぐに、コントロールを手放します。
まるでウイルスに侵されたかのように。 生きること全てが、感情という異次元な生命体によって支配されています。 時には生物学的に生きようとする身体を、破滅させようとします。 また、時には、生物学的に死にそうな身体から、奇跡的な力を呼び起こします。
私は、自分の身体の中の「感情の住まう場所」を探し当てようとしています。
時には優しく。 時には荒々しく。
この「感情」という、私の身体に住まう異次元の生命体を、捕まえて、取り出して、眺めたいのです。どんな色をして、どんな形をして、柔らかいのか、硬いのか、匂いはするのか、、、
いつも私を混乱させる愛しい私の感情と、
いつも生命に向かって私を連れて行ってくれる愛しい私の身体の訣別。
混沌とした形のない私そのものとの訣別。 身体が私なのか、感情が私なのか、
そしてただ呼吸をして地球と調和するプレーンな身体になって
いつか、オーストラリアのシャーク湾に行って、ストロマトライトに会いたい。 そこで太古の呼吸をする。




CURRÍCULUM
Utilizando tres métodos: «acción», «espacio con huellas» y «pintura», y a veces incluso asumiendo desafíos más originales, pienso constantemente en la relación entre mi cuerpo y mis emociones.
Cuando era pequeña, enterré un cepillo de dientes amarillo en mi jardín.
Cuando estaba en la escuela primaria, alineaba renacuajos en el césped de mi jardín y jugaba con ellos.
Cuando era adolescente, corría entre mi casa y la estación expresando muchas emociones diferentes.
Cuando tenía 20 años, seguía conteniendo el aliento que exhalaba en mi habitación.
Cuando tenía 30 años, cambié mi lápiz labial para que combinara con el color de las hojas de otoño de hoy.
Cuando tenía 40 años, desarrollé una relación íntima con tomates, huevos crudos y leche en todo el mundo.
50, recién comenzado
PROFILE
Using three methods: «action,» «space with traces,» and «painting,» and sometimes even taking on more original challenges, I am constantly thinking about the relationship between my body and emotions.
When I was a toddler, I buried a yellow toothbrush in my garden.
When I was in elementary school, I lined up tadpoles on the lawn in my garden and played with them.
When I was a teenager, I ran between my house and the station expressing many different emotions.
When I was in my 20s, I kept holding the breath I exhaled in my room.
When I was in my 30s, I changed my lipstick to match the color of today’s autumn leaves.
In my 40s, I developed an intimate relationship with tomatoes, raw eggs, and milk all over the world.
50s, just started
履歴書
「行為」「痕跡のある空間」「絵画」 のだいたい三つの手法で、時にはもっと独創的な挑戦も含め、私は常に自分の身体と、感情の関係について考えています。 幼児の頃、黄色い歯ブラシを庭に埋めた
小学生の頃、オタマジャクシを庭の芝生に並べて遊んだ 10代の頃、家と駅の間を何往復も走った
20代の頃、自分の吐いた息を部屋に溜め続けた
30代の頃、今日の紅葉の色に合わせて口紅を変えた 40代の頃、世界中のあちこちでトマトや生卵やミルクと親密な関係になった 50代 スタートした
Marta R.Sobrecueva
Presentado por la aspirante a idiota Marta R.Sobrecueva

Estimadas personas ausentes, no logro despedir mi ente, entre tanta gente, con este acto de bienvenida. Mas procedo a las circunstancias que a la sazón versan. Con ello deseo dar mi apoyo y acogida al hermano pequeño del verbo pedir, Benjamín Pedido, el cual tampoco asistirá a ningún acto. Puedo llegar tarde, por retraso, pero sin dar excusas ¡Oh esas precarizantes de adverbios! ¿Será por ser la tercera de tres tristes tigres, tres trigos, tres tratos al trotar tiritando? .
Siendo ésta, una acogida al más sincero abrazo que una academia pueda dar a los aquí circuncidantes, en un mayúsculo y tímido “hola amigos, soy yo”, me despido, de nuevo, por redundancia de bienvenida aliterante.
Si bien, digo lo que me place, pues el que nace, subyace y pace, bien calce o al mono descalce. Mas bien merecido finiquito subyazca, no me quejo cuando crezco, si no padezco.
Yo no hablo de una cohibida salutación, con monosílabos como “yo» y como «tú”, por ese orden, sino con impertinentes pronombres singulares que vendrán, tan personales, como las hojas pálidas capicúas del crepúsculo matutino, exaltado por naturaleza. No nos equivoquemos: la permutación al sol ha de acompañar a todo estulto. Esto es así mas no por su imbecilidad, sino porque así se lo enseñó su familia por ser quien era. No erremos gratuitamente, no, no y no. Esta Academia ha de conservar sin almíbar todo lo poco que haya podido captar, anidar y perpetuar. Es más, dado que la minucia no quita lo valiente, entonces ¿por qué no remendarlo?
En los más recientes siglos hemos presenciado muchos acontecimientos y los calendarios han polucionado cientos de nuestros queridos territorios, tanto verdes como de otros matices cromáticos, no obstante, sin embargo, con todo, sin redundar en circunloquios, el discurso ha de cambiar hacia almanaques libres de números que constriñan las generaciones novelescas y abracen a las más recientes.
Es de mi intención, deseo, pretensión, mira, propósito, designio, empeño, voluntad, determinación, idea, pensamiento, fin, objetivo, meta, motivo, que esta Cátedra, la cual me ha sido embalaustrada para que alcance, obtenga, consiga o logre todo el barniz que se merece, desgaste mayusculamente las polillas de los ceniceros del ayer. Y que haya pan pignorado para todas las gentes que no sufran de ignorancia, cuando así la padezcan.
Sin mí la Academia será libre, conmigo también. La libertad, queridas consonantes y vocales, no es libre y se halla en los libros, de ahí la etimología consagrada que, como bien desconocéis, coincide provenir de Silla(Valencia). La silla es una atadura a la mesa y el sillón al televisor. Con dicho resultado lógico, he aquí mi aportación a este lugar de inculto, seáis o no samotrácicos, lo estúpido carece de tupido, por doquier, es libre. Vale.




CURRÍCULUM
Currículum vitae de Martaerre (breu).
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Kkkkkkkkkkkkkkkkk
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Kkbb
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Knnnnnn
Nknnnnnnbv
Caligula
Glu glu glu
Glu glu glu
Glu glu glu
Glu glu glu
Aj aj aj
¡¡¡¡Achís!!!!
Cv,
Aaaaaaah
Kk
Glu
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Carles Cano
Presentado por el aspirante a idiota Carles Cano

Un discurso me manda hacer Violante… ¡Menuda estupidez! Como si no hubiera ya suficientes discursos sobre la faz de la Tierra (por cierto, ¿por qué se dirá faz como si la Tierra tuviera cara?). Como si no se dijesen suficientes estupideces en ellos. Hacer, escribir, inventar, pergeñar un discurso estúpido, como una especie de metadiscurso: ¡haga usted un discurso estúpido sobre la estupidez! ¡Y una mierda! ¡No me da la gana! Que lo haga Rubiales, o Rajoy o Ayuso, grandes expertos. O, ya puestos, que lo haga el Chat GPT, aquí va:
“Ladies and gentelmen, hoy me encuentro aquí para hablarles de un tema que, aunque parezca paradójico, es de suma importancia: la estupidez. Sí, esa cualidad que a menudo nos hace preguntarnos si alguien realmente puede ser tan…¡bueno, estúpido!
La estupidez es como una montaña rusa emocional en la que todos hemos montado alguna vez. Desde aquellos momentos en los que intentamos empujar una puerta en la que dice “tire”, hasta cuando olvidamos nuestras propias contraseñas por quinta vez en un día. Es un viaje sin fin de situaciones absurdas que nos hacen reír, llorar y cuestionar la inteligencia humana.
Pero ¿quién necesita lógica y razón cuando podemos tener anécdotas hilarantes sobre los momentos más tontos de nuestras vidas? La estupidez es lo que no une a todos, porque en algún momento u otro, todos hemos sido víctimas de ella.
Así que, en lugar de temer la estupidez, celebremos sus momentos cómicos. Después de todo, ¿dónde estaríamos sin esos errores que nos hacen tan humanos?
Porque, como dijo alguien muy sabio “la estupidez es contagiosa, pero también es increíblemente divertida” ¡Gracias y que la estupidez ilumine siempre nuestro camino!
¿Se pueden decir más estupideces, gilipolleces, tópicos, lugares comunes? Sí, seguro que se puede. Como decía Einstein, hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana y no estoy seguro de la primera.
Así pues, y sin que sirva de precedente y tampoco de antecedente, como soy un inconsciente, encantado de formar parte de esta panda de descerebrados.
Carles Cano




CURRÍCULUM
Nací en València en el 57, el año de la riada, aunque en la Rioja tuvieron una de las mejores cosechas de vino del siglo. Nací ya con pelo, aunque no hay foto que lo atestigüe; y rubio, de eso si hay foto. Ahora soy castaño, cada vez menos, menuda castaña eso de ir perdiendo el pelo. Sobreviví por los pelos, según contaba mi madre porque tenía el ombligo roto y se me salía la leche por ahí, pero con tesón y leche, siempre de la misma vaca, la parca no me llevó cogido del pelo. ¡Angelito! Hubieran dicho las vecinas compungidas tirándose de los pelos, como era costumbre en la época.
Me gusta escribir, contar y cantar a pelo, sin protección ni mapas ni escaletas. Sé que he estado a un pelo de conseguir cosas importantes: ser el soltero de oro de mi pueblo, ligarme a la chica más guapa de la pandilla, ser nombrado profesor del año o ganar alguno de esos premios literarios importantes a los que de vez en cuando me presento, pero siempre ha faltado un pelo. Otras veces, sin embargo, me ha lucido el pelo y he ganado alguno de esos premios importantes, como el Lazarillo de Literatura Infantil y Juvenil en 1994 y 2016 o el Sant Joan del Hospital de 2006.
He hecho cosas que no creeríais, y que os podrían los pelos de punta: he bailado y cantado jotas en Japón, en Alemania, en Francia, en Minsk, en Moscú y bajo la Acrópolis. He contado cuentos y firmado libros en Guinea Ecuatorial, Méjico, Inglaterra, Marruecos, Francia, Portugal, Colombia, Argentina…donde, además di clases de valenciano durante tres meses. He hecho tres exposiciones de poesía visual: Poemes Broemes i Altres Artificis, Cartes, y Poemes Visionaris. He ejercido un montón de oficios: carpintero, tallista en madera, camarero de BBC, profesor de baile, profesor de Lengua y Literatura, Locutor, guionista de radio y televisión, escritor, narrador oral… Dicen que no tengo pelos en la lengua y ni un pelo de tonto, aunque eso no significa que lo tenga de listo, también a mi me han tomado el pelo. Ah, además de todo esto, tengo un gato, simpático y de pelo suave.
¡Espero que no hayáis acabado hasta los pelos!
Montserrat Palacios
Presentado por la aspirante a idiota Montserrat Palacios

PRESENTACIÓN DEL REVÉS PARA LA ACADEMIA ESTÚPIDA DE LAS ARTES Y LAS LETRAS
Del revés, desde la sombra, a contraluz, fuera de tono,
Patas pa’rriba, me presento, me siento, me levanto, me adormezco,
Entre los pies, con callos, me callo, pataleo, susurro.
Absorta, retorta, te canto, me contemplo.
Sonrío, me escuchas, me presento.
Hoy soy no soy, aquí contigo, los lazos a solas solaces,
estúpida, curiosa, muy llena:
tupida, es, muy muy tupida, pida, pida usted
Estúpida, pida y da.
Da: desde aquí, (desde el corazón) y la pestaña izquierda (la del guiño)
el logos que descanse, que se duerma, que calle, (si puede) que no juzgue.
¡Llegó el tiempo de pensar con las manos!
¡Llegó el tiempo de soñar con los pies!
Ahora es nunca, y más nos vale doblar nuestros huesos para que no pesen y salir de juerga…
Más nos vale darnos prisa, no vaya a ser que el silencio nos pegue la lengua…
Con desatino, equívoca, imprecisa, defectuosa, torpe, lenta, os saludo.
Desde la ternura, la dulzura, la rabia, la fragilidad, la rotura y la descompostura.
Desde el deshilacho del hilo, pierdo el hilo y os digo o más bien les grito a susurros:
Aquí estoy, me presento
ante sus académicas miembras y sus mimbres bien tejidos, coloridos.
Académiques e incautus
Amiges estupides del munde mundiela,
Imbéciles inútiles, fracasades.
Os admiro y os amo.




CURRÍCULUM
Montserrat Palacios (México/Valencia) es soprano, performer vocal, artista sonora y antropóloga sonora, especialista en técnicas extendidas de la voz -es decir- la ruptura con el canto en sentido tradicional, haciendo uso de texturas, tímbricas y registros vocales que sobrepasan las 4 octavas-. Con formación académica en canto por la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes (México) y etnomusicóloga por la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de México, es doctoranda en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Valladolid y doctora PhD Cum Laudem en Artes por la Liberis Artium Universitas (España). Y de todo ello, lo mejor son sus chilaquiles con chile morita, chile de árbol, chipotle y queso gratinado, con ese maíz que revienta en el paladar haciendo orquesta de campanas, de esas que hoy pican y mañana repican. Que hambre.
Elisabeth Candina Laka
Presentado por la aspirante a idiota Elisabeth Candina Laka

Queridos y deslustrísimos miembros de la Academia Estúpida de las Artes y de las Letras:
Soy inocente. Inocente de todos los cargos que se me imputan. Los inventados y los otros. No soy un demonio, tampoco una bruja (entendiéndose esta como una mujer que se desplaza por los aires a horcajadas de una escoba voladora), puesto que no poseo ningún poder sobrenatural más allá de elevarme diez centímetros del suelo. Lo consigo con la fuerza de mi mente, y, doy fe, que Belzebú (¡Ensalzado sea Dios, Señor de los Mundos!) en nada ha contribuido a mi elevación centesimal.
Pero debería comenzar por el principio y que los oídos que escuchen mi historia juzguen mi relato. Todo comenzó cuando encontré el catalejo bajo el tronco del naranjo.
La habitación donde vivo, junto con otras treinta mujeres, está rodeada de ventanas que dan todas a un jardín poblado de mil especies de árboles frutales. El Califa nos visitaba todas las noches y cada vez elegía una diferente, ora morena, ora rubia, en otra ocasión la gorda, y así, hasta que me hizo su favorita.
Comenzó entonces a requerirme noche tras noche.
«En ti se concentran todas las bellezas», me decía mi señor cuando me desabrochaba y quedaba con la camisa abierta frente a sus ojos como lunas junto a la mosquitera del dosel: «En una parte gorda y en otra delgada, un lado moreno y otro rubio».
Y así era. He heredado los rasgos mezclados de mis antepasados. Estos se remontan a los tiempos de Aquiles, cuando en el campamento de los aqueos la primera mujer de mi sangre ungía de aceites perfumados y frotaba el cuerpo de este dentro de una tina. Luego se dispersaron por Oriente Medio, llegando hasta Granada y Córdoba, de donde fueron expulsadas unas, y otras se convertían al cristianismo.
También hubo muchas que, en el nombre del Profeta, se lanzaron con sus mejores vestidos de oro y lapislázuli desde los minaretes.
—El resto de la historia ya la conoces, señor mío.
—Sí.
Una rama de quienes habían sido expulsadas de España se instaló en Túnez y Argel.
Así pasaban las noches, contándole a mi dueño los viajes de mis antepasados, hasta que llegué a este jardín que es una luna a donde mi señor viene a buscarme al anochecer desde hace más de cien días.
Como cada tarde, me había bañado y perfumado y esperaba a mi dueño en el jardín cuando, distraída, tropecé con algo que sobresalía entre las raíces del naranjo y caí. El perfume dulce como miel del azahar y el encuentro con mi dueño me habían nublado el entendimiento. ¿Qué era aquello? De entre las raíces y pétalos de azahar sobresalía algo dorado.
Escarbé un hoyo más profundo y pude descubrir que se trataba de un catalejo.
Aquella noche el Califa se presentó en las habitaciones con sus mejores ropajes, una esclava tocada el laúd y los eunucos nos sirvieron almendras con granadas y gallina a la naranja. No me quedé, sin embargo, como otros días hasta el alba pues el Califa debía reunirse con el nuevo Visir y con su hijo al amanecer.
—Vete ahora —me ordenó cuando terminamos de cenar. La esclava me pasó una toalla y me limpié las manos.
Bajé al jardín y de allí al naranjo. Aunque no desenterré el catalejo aquella noche. Fue más tarde, con la llegada del nuevo Visir y su hijo.
Había un gran revuelo a la mañana siguiente en el harén. Se contaba que desde Bagdad hasta Damasco no se encontraba un joven más bello que aquel. Sus ojos era dos lunas y tenía el talle esbelto y fuerte como una pantera.
El Visir y su hijo llegaron con el alba. Estuvieron reunidos largo rato con el Califa. Las esclavas que les servían café y dulces fueron las primeras en avisarnos de la elegancia del joven. Se movía y hablaba con tanta gracia como una fuente. Ello me dejó con el entendimiento oscurecido ¿Sería cierto todo lo que contaban de él? ¿Habría alguien que superara en elegancia al Califa Umar Al-Uman?
Por la tarde, las bailarinas fueron llamadas, y cuando regresaron al jardín no hicieron más que corroborar la belleza del hijo del Visir, lo cual aumentó mi pasión por el joven.
El Visir y su hijo marcharon a medianoche, pero sus visitas se hicieron cada vez más frecuentes. El Califa había ordenado al Visir que trajera siempre a su hijo con él.
Las esclavas les servían café y dulces, tocaban el laúd y bailaban; todo sucedía en el piso superior.
Montada en cólera, perdí el color que tanto gustaba a mi dueño y entonces el Califa dejó de reclamarme por las noches y ahora venía a buscar a la esclava negra.
—No debo acercarme al color de los muertos —me dijo.
—Señor, pronto me curaré y cobraré el color —supliqué en vano.
Entonces mi señor se volvió y miró a la negra:
—Belleza que acoge a la luna y confunde a los amantes —suspiró. Y con estas palabras, subieron los dos abrazados.
Con tantas horas de soledad, no hizo más que crecer el amor que sentía por el hijo del Visir y la locura me inducía a perseguir su rostro con el catalejo. Lo había desenterrado y esperaba, escondido entre mis ropajes, la ocasión que me brindara el tiempo para mirar por él al joven que me quitaba el sueño.
Un sábado que paseaba por el jardín, me quedé mirando el tronco del naranjo y vi cómo este crecía por encima de la tapia.
Esperé la noche y trepé, comprobando lo que había imaginado. Después, permanecí allí recostada en la última rama hasta el alba; y, cuando los vi aparecer aquella dichosa mañana, apunté el catalejo al turbante del joven y (¡ensalzado sea Dios!) me quedé muda.
Regresé durante cien noches y quedé muda cien veces (¡loado sea el Señor de los Mundos!). Y entonces, con ardides que sólo las mujeres conocen, pude verme a solas con el joven.
Llegó por fin la noche que me quitaba el sueño y mi amado trepó hasta mí y quiso deprenderme del velo para juntar su boca.
—Señora mía, cuánto te deseo.
—No, espera, amado mío —le dije—. No está bien quitarse el velo.
—Y, entonces, ¿cómo voy a besarte, amada mía?
—Espera un poco, señor mío, que algo he pensado.
Aparté el velo y lo coloqué de medio lado, tapando la sien y la oreja izquierda, y nos besamos y jugamos hasta el alba. Yo todo el tiempo con el velo cubriéndome la sien y el oído izquierdo.
Pero entonces ocurrió lo que me ha traído hasta este tribunal.
A la mañana siguiente, después de despedirme de mi señor, y distraída en el amor que me abrasaba, quedé con el velo de medio lado.
Al verme, presas de la envidia que mi graciosa compostura les había provocado, todas las esclavas y damas del jardín imitaron mi gesto, pues, una después de otra, afirmaba que así solo tenían buenos pensamientos.
«Yo odiaba a Fatim y ahora solo tengo buenos pensamientos y la quiero como a una hermana», exclamaba una esclava, «Yo he perdido los celos que sentía por ti», añadía otra.
Y así, una a una confesaba los malos pensamientos que habían tenido y que, conforme iban colocándose el velo de aquella manera, iban cambiándose por buenos.
Al anochecer, cuando el Califa mi señor vino a buscar a la esclava negra, encontró lo que he contado y así se formó un revuelo y mandaron apresarme.
Esta es mi historia, que me juzguen los oídos que me han escuchado




CURRICULUM

Carmen Herrera Castro
Presentado por la aspirante a idiota Carmen Herrera Castro

Estultísimas autoridades académicas…
Lo primero quisiera agradecer infinitamente que personas tan inefablemente estultas como sus señorías hayan tenido a bien acogerme en su seno −y en su coseno y en su tangente y en su secante−. No puedo sentirme más realizada de lo que me siento en esta coyuntura.
No exagero ni un microgramo cuando manifiesto que llevo desde la más temprana infancia esperando la hora en la que sentirme acompañada en mis desatinos, por seres tan incuestionablemente torpes, cenutrios, poco pertinentes, chuminosos… −listúpidos, en suma−, como sus señorías.
Llegar al punto de necedad en el que me encuentro actualmente mi trabajito me ha costado, os lo digo como lo siento, que parece mentira que haya que gritarlo y repetirlo una vez y otra: estoy harta de advenedizos que creen que por decir cuatro chorradas y actuar de aquella manera pueden quitarnos el honor −y la gloria (Fuertes, siempre)− de nuestro largo recorrido en este campo; sobre todo y por encima de todo los políticos de derechas −y más las políticas a las que se suele tachar de necias con más frecuencia, no sé por qué−… Pero, basta de dispersión, como decía antes hay que gritarlo alto y claro, una y mil veces, no nos quitaran nuestro palmarés, no lo permitiremos… NO SON ESTULTOS/AS SON NEOLIBERALES… Y es que no es lo mismo, aunque casi siempre lo parezca.
Y poco más tengo que decir, no entiendo cómo ni por dónde ni por qué se han imaginado sus señorías que una persona de mi probada indolencia es capaz de rellenar cinco folios, si con uno va que chuta.
Quisiera finalizar con un grito entusiasta, para concluir con mi tesis y exaltar mi orgullosa necedad que, repito, mi trabajito me ha costado…
¡¡¡¡LA ESTULTICIA PA QUIEN LA TRABAJA!!!!
Carmen Herrera Castro, en Tomares, 16 de junio de 2023




CURRISTUPID
Respondo al nombre de Carmen, Carmela o Carmelita, pero YO NO ME LLAMO MARÍA estoy hasta el mismísimo de los que se empeñan en llamarme Mari Carmen, así que no se les ocurra nombrarme así −ni muchísimo menos MAMEN, ese imperativo categórico al que someten a las pobres Cármenes− porque no respondo de mis actos, pudiendo reaccionar lanzando insultos de toda índole y espumarajos por la boca, la que avisa no es traidora, boba pero avisadora, sí −claro que esto no es original, qué esperaban, nada más lejos de mi intención que serlo−. A lo que iba, tras responder al nombre de Carmen (o Carmela o Carmelita) ya no me queda mucho más por hacer.
En verdad soy simple, mi principal objetivo en este mundo ha sido desde mi primer recuerdo en la más remota niñez −escondida, en cuclillas, meando entre amapolas en un trigal, ese es mi primer recuerdo, lo juro por estas…− escapar de la mente, esa tirana, que solo sabe causarnos problemas. A mis años puedo decir que casi lo he conseguido, y si no lo he conseguido es porque no doy pa más, cosa que no me preocupa, más bien al contrario, o sea… creo que como currículo estulto ya vale.
Rosa González
Presentado por la aspirante a idiota Rosa González

Señoras y señores académicos de tan ceporra institución académica:
Hace tiempo tuve la honra, deseada con demencia, de ser elegida y llamada a tomar asiento, grageas y otras sustancias, en esta ilustre Academia. Reconozco mi pereza para cumplir la única condición que pusisteis: escribir este discurso. Pero voy a excusarme de esta tardanza por mis preocupaciones ya que dedico mi tiempo a perderlo (y cuesta encontrarlo con la calima), pero me arrepiento porque no hay otro trabajo más acuciante ni más improductivo que éste, desde el momento en que me abristeis los grifos y los tapones de esta estulta casa. Es incomprensible mi deseo de pertenecer a un grupo tan variopinto y valdemoro de personas aspavientas que son como la caballa fresca del fértil campo de la estupidez. A pesar de mi inexplicable tardanza los fundadores han tenido la absurda consideración de concederme más tiempo que perder y esperar a que presente mi inesperado discurso.
Mucho he cavilado sobre cómo hacerlo, y es por ello que tengo juanetes que van a sus anchas, pero al cabo de un buen rato he pensado que nada sería más estúpido y más inapropiado que traeros noticia, al entrar en este santuario de la imbecilidad, de los pensamientos de una “trocha” (1) que se obnubila de ser reconocida por su condición de aspirante a idiota para esta lela Academia.
Y es por ello que voy a hacer una reflexión sobre Las grandes mentiras del Colesterol.
¿Funcionan las estatinas?, ¿Me puedo echar tomate en un huevo?, ¿Las coles es terol? ¿Las farmacéuticas venden colesterol?
Estas intrigantes preguntas las saqué de un quicio y quedaron prendidas en una analítica que me realizaron por vía oral y de la que no hubo más noticias. A pesar de mi malestar, pues tenía afectado todo el bajo vientre, tuve tiempo de viajar por todo el planeta recopilando semillas de ajonjolí para hacerme los típicos pestiños, que una vez fritos fui repartiendo por los contornos de Andalucía ¡Ole!
Esta gesta me dio la oportunidad de comprender que no hay que hacer discusión con las grasas saturadas, que bastante tienen con lo suyo, si no centrarse en las que no tienen etiquetas porque siempre son incómodas y además se les ve el precio. Es decir, apostemos por los alimentos que estén menos equilibrados y más loquitos.
Las personas consultadas en consultas del Tarot contestaron satisfactoriamente, no así las consultadas en consultas de dentistas que quedaron con la boca abierta.
Las conclusiones arrojaron por la ventanilla todo tipo de datos, imposibles de recordar, pero algo brincó dentro de mí cuando los pestiños fueron puestos sobre la mesa y todos los catadores quedaron muy satisfechos con los resultados. Te los comes y no pasa nada, lo malo es no comértelos y quedarte con las ganas.
Estas reflexiones, empíricamente demostradas en carne propia, me tienen gorda como una tapia, pero feliz cual codorniz, y aprovecho la ocasión para recomendarlas a estos ilustres Académicos/micas, compañeros/ñeras (aplíquese la paridad de género para todo el escrito, muchas/os gracias) ñeras decía, ya de esta humilde catedrática de la sandez.
FIN
(1) Una «trochería» es una tontería, pero una tontería normal y espontáneamente reconocida por quien la pronuncia antes de perpetrarla. Aquella persona que dice o hace trocherías es un/a «trocho/a». Visión pamplinosa de la realidad. Tontería, algo sin pies ni cabeza.




CURRICULUM
y una trocha desde chica
Antes de saber leer ya despunté, en el comedor de mi casa, dramatizando el cuento de la Ratita Presumida, en diferentes estéticas y acentos como el chino o el francés. Como no tenía bastante, dirigí varias obras en mi barrio y mi colegio, escenificando ideas, cuentos, textos y hasta programas de la tele como el 1,2,3.
En plena adolescencia entré en el primer grupo de teatro y ya no he parado hasta hoy.
He pasado por todos los oficios Nací teatrera del mundo teatral: actriz, directora, escenógrafa, técnico de luces, técnico de sonido, maquinista, regidora, programadora.
He leído, estudiado y soñado con, por y para el teatro.
Nunca pensé que las tardes jugando al teatro serían tan importantes para el resto de mi vida pues el juego dramático me ha dado la oportunidad de imaginar otros mundos posibles.
Jim Lorena
Presentado por la aspirante a idiota Jim Lorena

Llego de un largo viaje, en el que, perdida en los meandros de la cotidianidad, dejé de holgazanear al sol. Pido disculpas por mi tardanza.
El mirlo me observa, aullidos de canes y crö crös de cotorras. Chismorreos incesantes acompañan mi desplazamiento, mientras las olas deferlan sobre las rocas, y su espuma acaricia la orilla de los corazones heridos. La vulgaridad se disipa ante el baile de los peces que nadan con la cabeza al aire, canturreando, orgullosos de mostrar su estrabismo. Comparto su felicidad crédula y estúpida ante la tremenda listura globalizada de nuestro planeta. Fuera de los cánones sociales, de apariencia convencional e inteligencia infinita, las manadas de acrílicos pacen relajadas, regalándose de las llanuras bohemias de la creación. No hay intersticios en sus miradas planas. Sus ojos se pierden en el vacío del vacío, del vacío del pensamiento. Vértigo de la profundidad que nos atrae hacia el vaivén de la nada. Mecerse en una nube, comer un rayo de luna, bañarse en una sonrisa.
No necesito hacer apología de la estupidez, me dejo llevar de manera natural hacia la estulticia primigenia. Desde la aurora de las expresiones, la diferencia, la rebeldía, transgreden el camino recto de la evolución. Cuevas, piedras, huesos, piel, madera, arcilla, metales…soportes de psicodramas a lo largo de la prehistoria. Después, los protopapeles, el pergamino y el papel nos proyectaron hacia la pantalla de luz. El itinerario ha sido divertido. Ahora somos bichitos hipnotizados que resbalan hacia el resplandor. La comodidad de la línea trazada, del recorrido recomendado, de los deseos impuestos para derivar en las corrientes propicias. Lo que era rompedor, constructivo, se ha reemplazado por el manual de la corte Democracia. El Rey Sol brilla desde su egocentrismo y sin remordimientos. Huele a vísceras sangrientas de pescado que alimentan a peces. ¿Jamón de bellota o de cebo? – Depende del momento. Un boquerón avanza raudo para llevarse un cacho de sus hermanos. Genocidio constante. ¿Estamos seguros de que una cristalización no es asesina? – Ah, la condition humaine! Como percebes afrontando temporales. Arrugas de roca, polvillo de mar y San Jorge, en su caballo, cabalgando sobre las aguas interestelares, persiguiendo la esperanza para aniquilarla. Un agujero negro, corriente espiral, sifónica y destructora que, en su lado opuesto, el desagüe, crea nuevos mundos. Un devorador que defeca universos, un Cronos fundador.
Las jábegas fenicias surcan las ondas saladas recordándonos el continuo. Repeticiones, arquetipos que danzan en una coreografía cada vez más cercana a la línea de horizonte. El precipicio se aproxima y la razón juega a la gallinita ciega. Cuantas aventuras maravillosas de descubrimiento, historias excitantes y realizadoras han quedado atrás, en el trayecto. Tierra es finita y lo vemos todo. No queda misterio, solo subsistir hasta nuestra marcha. Vivíamos en el paraíso, solo los insensatos deseamos restaurarlo, conservarlo y disfrutarlo. Los valores se han trocado en egoísmo y tiranía. Las vidas se convierten en jaulas, manipulación y embrutecimiento. Rasgar la bolsa de basura en la que el sistema nos introduce. Las dunas de nuestros estados de ánimo cambian con las tormentas de arena. Joyas con destellos azules deslumbran el confort, mientras los leprosos de la sociedad, siguen vistiendo telas de saco.
El olor a alga, al bajar la marea, hace del espigón una puerta de las estrellas. Otros mundos, mundos paralelos, hambre encarnizada o entintada de caligrafías. Los manuscritos están sobre la mesa, salados, dulces, amargos, suaves o texturizados. De la escucha a la lectura, la medicina escrita es un bálsamo que doblega el espacio. El gusano gigante excrementa sabiduría. La música plomiza acompaña al continuador de existencia naranja. Las banderas desfilan al son de la codicia. Armaduras brillantes y empoderadas gritan al unísono. Las mareas no escuchan a la humanidad.
Nuevas especies se bañan en los océanos, entre cefalópodos y plancton, los plásticos, de todos los colores y formas, se descomponen para insuflar una savia diferente a sus depredadores. Una maratón hacia la finitud de la subsistencia, inteligente o no. Las toxinas, fabricadas por el animal racional en su superioridad histórica, no desprecian a ninguna entidad viva.
Buscar la comprensión en una rata de malecón, marinera y libre. Entrar en la refrescante niebla para estimular el sosiego. No olvidar de respirar. Madre tierra, padre mar y dios sol ayudan a mitigar la soledad, en el epicentro de la multitud. Las amapolas se han marchitado. La planta que da huevos sigue perenne, crece con lentitud, pero siempre está. Los nidos se preparan entre plumas verdes, azules y pardas. Mucha agitación en el río seco. Árboles, carreteras y plazoletas no impiden el guirigay primaveral, el comienzo de las narraciones inciertas.
Desde el mirador empático del trance, el tercer ojo gravita. Lagos de oscuridad profunda nos señalan las lamaserías del espíritu. Los remeros cruzan montañas de nieve hacia Xanadú. Mis ojos bermellón y fucsia levitan en el atardecer, entre tanto, una mosca se lava las manos. El observador penetra en la esencia del objeto, Abstracción descompone la solidez en porciones de formas en suspensión. Pisadas descalzas marcan un sendero púrpura. Reguero de roturas. El hilo de Ariadna se desvía, se pierde y vuelve a su ser. El canto de la ballena es el mismo.
Cambiar de punto de vista para sorprender un desenlace especial. La geopoética de White como mapa de infinitos planos de realidad y ficción. Estamos hechos de universo, somos capaces de aportar un coro de cuerpos celestes únicos. Tenemos competencias para destruir y para crear sin desplazarnos. Somos hacedores de estrellas. Si nos dejásemos cautivar por nuestro desatino extremo, la evolución consideraría un salto mítico astral, hacia el infinito y más allá.
Tejer una red de espetos en el firmamento para huir de la insipidez. Capturar las fantasías del cenachero embriagado de quimeras. Los galimatías de las gaviotas acrecientan los fines de semana, el silencio de la calle les da protagonismo, recreo de aterrizajes y derrapes sobre el asfalto.
Como gravilla en el cemento, la mezcla de resignación y sumisión fortalece la impotencia. El vómito del rebelde agrieta la desdentada urbe. Remolinos acuosos salpican estímulos. Convivencias y voluntades de poder. La naturaleza nos enseña que, a veces, el equilibrio se rompe. ¿En qué lugar del océano se origina la ola que llega hasta mis pies? El mensaje en la botella se transformó en continente de despojos flotantes. La metamorfosis del romanticismo es una epopeya de basura. Mitos y leyendas del deshecho humano.
El alboroto duerme, se regocija el murciélago en su desasosiego. La consciencia nos indica la percepción que tenemos de nuestra existencia, extractos de energías orbitando. Ni en el centro, ni oteando perspectivas, solo micoplasmas perdidos en el todo mayúsculo. El viajero ejercita su fuerza penetrando en nuevas situaciones para conocer la libertad de movimiento, la lozanía de la experiencia. Del estrépito al maquis, sintiendo el cosmos cada vez más apartado, escrutando el destino. Las montañas azules esperan, en la tierra del tiempo del sueño. El faro de Beauduc queda en el recuerdo amarillo de Van Gogh. Envuelta en una nube de catarinas, la Camarga salvaje y limpia, respira la desnudez de su independencia.
Las alas crecieron y emprendieron el vuelo, desde el interior de la gruta, por la abertura africana, hacia el Atlántico. Hércules quedó atrás, en el laberinto de arena que desciende al húmedo reino de Hades. Los centauros libran batallas liderados por un hechicero vidente. Las flechas de los arcos son rayos de tormento. El refugio está bajo la nieve. Los conjuros nublan la mente, noticiarios repetitivos e incansables. La polvareda oscura se disipa ante el despertar. Dejarse llevar por la corriente magallánica hacia un amanecer desconocido. Perlas de energía sanadora florecen en las costas arcoíris, bajo las cálidas auroras boreales del exespacio.
Circunnavegando en el cubo carcelario de la pantera. Virus y bacterias al acecho, trincheras de asperezas menguan la reflexión. Círculos en el agua difuminan los montes acuáticos de la curiosidad. El temor es sublime. La intriga nos atrae por su posibilidad monstruosa y abisal. La admiramos desde la cómoda distancia de la representación.
Es necesario un acto de fe, para cruzar el puente inexistente, entre las escarpaduras heroicas del poeta. Animismo, brújula chamánica, unificadora de partículas autoconscientes, equilibrio expandido. Respetuoso pensamiento que convive con la naturaleza, preguntar al griot y seguir su estela. Suelo blanco de muerte y esperma que muda a rojo sangre y éste a negro sujeto. En su nacimiento, el individuo transita del interior al exterior, del blanco a través del rojo de transición del nacimiento, hasta el estado de persona. Cánticos chirrían al calor de la lumbre. La rama del árbol es bendecida antes de ser cortada, agradecimiento al hacedor de oxígeno. Relicario en el vientre del espejo, isla rodeada de clavos nkonde.
En un estado de flujo, en el que el sentido del tiempo se desvanece, el proceso del texto se ha desarrollado. Me despido con el eco del shamisen en mis oídos, a modo de sumi-e eléctrico. Agradezco vuestra paciencia, y espero no hayan faltado de aire, en la lectura de las frases interminables.
Con los impulsos creativos en aumento,
alegremente
Jim Lorena

Málaga: 13 de mayo de 2023




CURRICULUM
Jim Lorena nace buey de oro, se forma como artista, en los zocos especiados y cafés con olor a azahar, frente al cruce del Atlántico con el Mediterráneo. Allí domina el arte de la observación y de la adaptación, inmersa en la multiculturalidad del norte de África. Impregnada de luz y color, se une a la universidad Becqueriana. El cambio de ciudad y de costumbres le abre nuevos horizontes, comprendiendo el desfase temporal entre culturas. Tras su paso por el romanticismo moderno de los jardines del Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta, abandona la Alambra por las calles de Montmartre, no sin antes encontrar su manera particular de expresión. Pasa algunos años en talleres de la Bastilla hasta afincarse en la calle Des Montibœufs, al lado de la plaza Edith Piaf. Continua su devenir como pintora escenógrafa de cine, entregada a la representación de apariencias reales para la ficción, lo que la hace viajar por toda la geografía, empapándose de paisajes matéricos y sonoros, de personajes variopintos presentes y ausentes. Las arenas de Arles, el resplandor de Burdeos, los canales de Annecy, el enorme puente de la isla de Ré… De vuelta a la capital logra entrar en St. Charles, institución creada por filósofos de mayo del 68, amantes de las artes y de todas sus necedades. Nunca la vida fue más excitante que en aquel lugar de diversión cognitiva. Trece o catorce años después, por razones involuntarias, dejó la torre Eiffel por la Giralda. Años de doctorado y trabajos varios, arduos, apasionantes a la vez que frustrantes, la han conducido a surcar el curso del rio hasta el mar, de nuevo. Ahora instalada en la ciudad de los museos, sobrevive a los prejuicios medioambientales, conservando su voluntad creativa y su libertad de pensamiento.

Juanje Sanz Morera
Presentado por el aspirante a idiota Juanje Sanz Morera

Estimados toes, Alagando la idea es fácil contradecirme, aún así halagalo me ignoto, me caigo de culo y felicidad al contradecir las letras y la impresionante plástica del vellocino.
Sabemos muy bien hacer catedra, el arte de la catedral de libre procedencia, es un puesto vitalicio hasta la muerte de Jung, gracias muchas gracias por no esperar a mi muerte, siendo esta misma la causa de mi catedra, el estar vivo.
No más que Sólo, y siendo múltiple de tres, me declaro triunvirato de la letra X, a ser posible, sin menospreciar a las demás, ilustres y grandiosas diosas de la palabra. ¡¡¡Ni más ni menos que listúpido!!! este palabrote me sonroja la oreja al escuchar lindeces de cuna, donde los duendes andan surcando el mar de neopreno.
Por todo esto, un decir más, la coyuntura no es óbice, bajar por el abismo es una locura que la poesía necesita.
Sin más, no tocar mi X salvo y sólo para incluirle una tilde, eso siempre al gusto del consumidor.




CURRÍCULUM
Juanje Sanz Morera
(Barakaldo, España, 1967) Fotógrafo, editor y agente cultural.
Ha realizado trabajos gráficos para diversos medios de prensa como free lance: Comunidad Escolar, Sol, El Mundo, Deia, El País. A partir del 1990 colabora como free lance para la agencia fotográfica Reuters. En 1998 abandona la vida de corresponsal, dedicándose a la fotografía publicitaria. Ha realizado trabajos para sellos musicales y agencias de publicidad. En estos momentos trabaja para varias agencias gráficas. Ha realizado varias exposiciones fotográficas y diversas colectivas. Ha coordinado diferentes muestras de poesía experimental, como la Bienal de Poesía Experimental de Euskadi “ex!poesía” y ha participado en varias colecciones y antologías de fotografía y poesía visual.Coordina “La única puerta a la izquierda “L.U.P.I.” creada para experimentar y difundir una parte del arte actual, La Única Puerta a la Izquierda, alcanza a un grupo de creadores que han elaborado un órgano de difusión donde se reúnen tendencias y opiniones actuales. Organizamos en Bilbao el festival de poesía experimental “ex!poesíaEuskadi”