Álvaro Pichó
Catedrático
Discurso de ingreso en la Academia Estúpida de las Artes y las Letras.

Presentado por el aspirante a idiota Álvaro Pichó

Estimada academia, presento mi discurso de ingreso, el cual espero que sea profundamente reprobado.

Escribo con la voluntad de ser admitido en la Academia Estúpida de las Artes y las Letras porque quiero regalarme la fraternidad de tan ilustres estultos.

Comprendo y hago mío el propósito de esta Academia, y deseo unirme a sus filas expresando a mi manera que entiendo la Estulticia.

Aunque he de disculparme, soy serio, soy un estulto serio y llevo años observando conmocionado mi falta de comprensión.

No comprendo por qué reímos ni por qué bailamos.

Uno de mis primeros despojos sociales, aunque artístico, fue una escultura que tenía título antes que forma: La historia mutilada de la humanidad. Imagínense una cola de ballena o una Y, mutilada parcialmente en 2 de sus segmentos y el tercero entero, redondo… Un grito al no sabemos casi nada, y casi poco puedo saber.

Ante este casi poco, mi primera mitad estulta nació.

Después, la Ciencia que tanto admiro, autoproclamada reina del conocimiento, informa, enriquece, pero no consuela. A mí no me mira a los ojos.

Por este sinconsuelo por ausencia de respuestas ajenas a mis propias preguntas, mi estulto se completó.

Más o menos lo recuerdo así: aparezco apiñado entre Gigantes acéfalos que hablaban solo con emes, “mmmmm” “mMMmmmm” “mmmmM”…, que me empujan e inmovilizan a la vez. Les dí patadas, arañazos, mordiscos, gritos… Nada. Decido pues, abrirme paso solo y por una galería de ese útero rocoso y alcanzo un saliente del que alguno me había soñado y que se asomaba a un peligroso abismo de aire fresco.

Lo primero que hice fue gritar hasta el amanecer.

Y aquí sigo, cuando puedo, sin saber por qué ni para qué hago las cosas.

Como he dicho, me tomo muy en serio la Estulticia: no busco la aprobación ni el reconocimiento, aprendí hace tiempo a caminar solo y simplemente, he descubierto la capacidad de crear realidades propias llenas de verdades enmascaradas.

Y todos los días, una vez al día, seguiré dejando al aire una piedra, esperando que alguna vez quede suspendida.

 

Álvaro Pichó, para la Academia Estúpida de las Artes y las Letras el 29 de marzo de 2024

RIDÍCULUM

Resulta que nací. Fui hijo, hermano, primo y luego niño.

Fui al colegio, caminando, hasta que empecé a ir en moto.

Jugué al rugby, salí con mis amigos y me encantaban las discotecas con buena música.

Quise ser diseñador, y siempre lo seré.

Fui a la mili con 20 años, a 800km de casa, porque me dio la gana.

Luego quisé ser artista, y he descubierto cosas por mí mismo.

Ahora me gano la vida como SEO, pero ésta es otra historia.

Quise casarme, me prometí y llevo 15 años, ella durmiendo conmigo.

Quise ser padre y porque nos creímos valientes, tuvimos un hijo.

Leo a Papas y heroinómanos, ensayo y ciencia ficción, no me a burro, la verdad.

Subo el volumen siempre que suena una pieza de Soul.

Solo me fío de los artistas que llevan, por lo menos, 20 años sin tirar la toalla.

Ahora me toca hacer buenas mis decisiones pasadas: demasiado pronto para cambiar, demasiado tarde para volver.

No quiero morir, dudo que lo logre.