Rafa Santibáñez
Ilustrísimo y Peliagudo Decano Estulto
Discurso de ingreso en la Academia Estúpida de las Artes y las Letras.

Presentado por el aspirante a idiota Rafa Santibáñez

CURRÍCULUM

Cuando nací ya había pasado el metro.
Entre los demás niños era una especie de coliflor con ínfulas de Jergón de Gaula.
Hubo un tiempo en que me  desgranaba sin hacer nada nunca.
No entendí nunca nada que era corto o largo de entendederas.
De pequeño me comía las uñas y luego las ordenaba en alguna parte.
Siempre he sido el que era cuando fui el que era.
He cambiado mucho, tanto que ya no me conozco lo suficiente o insalubre.
En casa cuando salía Gila entraba mi padre.
Siempre he seguido los consejos de alguien, a veces de mis padres, a veces de algún color o de una textura. Pero no he salido muy bien.
Soy rojo como mi padre y mi abuelo y mi bisabuelo y el pimentón me gusta.
La performance ha sido hecha por ella misma con mi concurso de acreedores al mérito a veces civil y nada más, ni menos.
Nunca jamás jamé jamón ni jamás pensé en que pasaría antes de mañana miércoles.
Como músico a veces pienso que la verdad es una o ninguna. Pero improviso.
Me he pasado la vida sin acreditarme ante mí mismo.
La pintura se me ha craquelado con el tiempo y ya no sé si restaurarla o restaurante.
Los sofismas artísticos y finiseculares ya se me olvidaron hace veinte mil leguas de viaje subarrendado.
No tengo nada que decir de todo, pero si algo que decir de nada. Nada es como una especie de todo pero que no se ve. Aunque a veces lo he visto.
Cuando me jubile me reencarnaré en Manel Costa. 
Me gusta mucho jugar a que me gusta mucho jugar solo o acompañado.
Si siento, a veces padezco o no. Depende del algoritmo. 
Ahora me formo en forma de paella principalmente.
Aprendí idiomas para poder mezclarlos todos y cada vez hablar con sed y hombre de Dios!.
Ya no sé cuál es mi sexo si es que alguna vez lo supe, se me olvidó hace mucho. Pero sigo intentándolo.
Me gustan mucho los cruasanes de Conchín. Son los mejores de València.
Siempre hablo con niños y adolescentes que son mis maestros en el arte de vivir el instante sin ser zenutrio.
Soy coleccionista de cosas sin sombrero. Aunque tengo un bombín con un currículum.
He viajado por todo el mundo para darme cuenta de que no entiendo a los turistas de mi barrio.
Creo que el arte y los artistas y ahora y por siempre amén las artistas.
Hubo un momento que descubrí que los macarrones no se gratinan solos. De hecho no se gratinaban.
Si te he visto no me acuerdo y tengo una cabeza que se me va de mano.
Lo mejor es lo último que he pensado que he hecho. 
Me gusta el vino, la jota hubo un tiempo que la aprecié más tradicional que la erre.
No sé muy bien a qué mar van a parar los ríos esos pero aún no he llegado allí.
Sigo creando cuando cierro los ojos del objeto.
He cambiado de gustos muchas veces, ahora ya no me apasionan las berenjenas que cocinaba mi abuela.
Si en algo he recibido elogios ha sido en algo.
Cuanto más lo pienso más lejos.
Afortunadamente aunque he aprendido a decirme cuatro cosas, aún no he llegado a la quinta columna.

Fui fundición de esta Academia.
M’agrada la meua terra i seguir.
Una ensaimada dejo como señal.