Lucía Peiró LLoret
Ilustrísima y Sorprendente Decana Estulta
Discurso de ingreso en la Academia Estúpida de las Artes y las Letras.

Presentado por la aspirante a idiota Lucía Peiró

(como si llevara un aro en la cintura)

Seguidamente camine sobre los talones, y si ve que el caldo se ha consumido demasiado, puede añadirle un poco de agua. Aunque tampoco ha de quedar muy caldoso.

Haga sentadillas con los trozos de pollo.

Tiempo de cocción 45 minutos.

Dé patadas.

Camine elevado, elevando las rodillas. Haga la bicicleta moviendo las piernas hacia delante y   hacia atrás. Y fría los piñones hasta que estén dorados. Seguidamente camine de puntillas- (no confundir con puntilla, cefalópodo similar al chipirón)- elevando las rodillas con un pollo troceado y pimentado cocido.

Eche vino dulce sobre sus talones y lo tapamos molida la pimienta con  una cazuela, alternando el movimiento demasiado poco hacia delante y atrás. Podemos añadirle un poco de agua o no. Es este un momento de dificultad fácil durante una media hora, hora en la que tiene que tener los talones elevando la cebolla.

Mueva los hombros delante y atrás.

La freímos virgen.

Fuera reservamos las muñecas. Las muñecas al borde de la piscina en la misma cazuela.

Delante y atrás

Delante y atrás.

Con las zapatillas en la muñeca, como si llevara un aro en la cintura y durante una media hora,  en tiras cubra sus talones con una cucharada de piñones. No ha de quedar muy caldoso.

Moviendo las piernas hacia delante y hacia atrás, añada el pollo y el vaso de vino dulce.

Y seguidamente, alternando el movimiento, rote la pelvis hacia un lado y hacia otro como si llevara un aro en la cintura, y sirva el preparado. Como pueda, claro.

Todos estos datos científicos están basados en el aprendizaje inicial del arte del flotamiento y la receta gastronómica del pollo al vino. Disertación que, desde aquí, dedico a mi vecina Consuelo, conocida como la Rosquillera, revolucionaria extremista del lenguaje y la poesía sonora, gran desconocida ultraísta, ritmo ondulante y metáfora breve, quien todas las tardes a las cinco de la tarde, deleitaba nuestros oídos con su cántico Juanitoooooooooo  seguido de aspiración profunda y frase aseverativa aberenar. 1

1 Traducción de la autora Amerendar. Deben ustedes prestar oído a los fonemas, entender la articulación mínima delos sonidos vocálicos o consonánticos y  llevar cuidado en confundir el sonido de la palabra  berena conocida como ágape, comida ligera o merienda con la palabra verema o recolecta de fruto u otra cosecha. Una cosa es que meriende usted plácidamente, y otra que trabaje duramente.

CURRICULUM

Lucía Peiró LLoret

A Lucía Peiró LLoret nadie le había hablado de este mundo. Eso sí, nada más nacer su madre le plantó el moisés en un molino de harina, y allí descubrió el ruidismo. Escuchó todo lo que pudo y se familiarizó rápidamente con el canto del grano al llenar la tolva y los crujidos de los dientes al ajustar la rueda. Pronto se descubrió a sí misma balbuceando sonidos inexplicables y ya jamás dejó de producirlos. Precoz, se puso de pie cuando nadie lo esperaba y salió disparada a escuchar el canto de los pájaros; Descubrió terrenos inauditos, juegos peligrosos, e idiomas indescifrables. Y un buen día su vida cambió: un pan de viena relleno de mallorquina y queso de oveja le hizo orbitar. A los quince años, su padre le presentó una cámara fotográfica de revelado automático y su poder de multiplicidad le abrumó, se veía ipso facto en todas partes.

Como el pelo le había crecido mucho se hizo una trenza, y metida en mallas se desplazó sin esforzarse por paisajes diferentes. Aterrizó en la costa. De sus manos salían cosas inauditas que estaban en su pensamiento. Un día, recostada en la yerba, decidió formar parte de una secta. No había maldad en ello y comenzó a salirse de cuerpo, transmutarse y negar todo lo aprendido, si es que había aprendido algo. Todo cuanto hacía no servía para nada a los demás y ella siguió con lo suyo pues no entendía lo que pasaba.

Viajó por el mundo sin conocer idiomas, probó nuevos alimentos sin saber si era alérgica a ellos, y jamás le tuvieron que lavar el estómago. Con el tiempo le salió una protuberancia en el estómago y de repente era dos. Esto no le impidió seguir con lo suyo, eso sí, se tuvo que hacer economista. Y como los números no eran lo suyo, se hizo malabarista. Y como no sabía caminar por la cuerda floja se puso un motor cíclico. Hoy día analiza el tiempo, sin saber muchas veces en cual está.