
Manel Costa i Adrian
46009 – València (España)
contacte@academiaestupida.com
tres de marzo de 2025
Sr. D. Santiago Sierra González del Castillo
Secretario General de la UNESCO en España
Avda. de los Reyes Católicos, 4
5ª planta, despacho 522
28040 – Madrid
Distinguido y respetable señor:
Me dirijo a usted, en mi calidad de Rector Estulto de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras, para presentar la solicitud de inscripción de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
Erasmo de Rotterdam, en su magnífico libro Elogio de la estupidez (no de la locura, como habitualmente se traduce), ya ensalzaba las bienaventuranzas de la necedad. Loas componentes de nuestra institución hemos llegado a la sana conclusión de que la humanidad es, en general, un colectivo definitivamente estulto. Tan sólo hemos de comprobar a qué estado hemos llegado, tanto en lo referente a la desigualdad y la insolidaridad, como a la injusticia y al tratamiento exterminador con nuestra casa que es el planeta donde vivimos, y todo ello a pesar de los adelantos científicos y tecnológicos conseguidos que, bien gestionados, nos hubieran impulsado a un mundo más justo y solidario. La cuestión es que la mayoría de humanos son imbéciles no conscientes de su estupidez, por eso actúan como si fueran sabios sin darse cuenta de que con sus decisiones no hacen más que agravar, día a día, el estado del género humano y la preservación de la naturaleza.
La Academia Estúpida de las Artes y las Letras fue fundada el 25 de enero del año 2005, ente los muros del Monasterio de Santo Espíritu del Monte (Gilet – País Valencià), donde nos reunimos una quincena de artistas y poetas en un retiro artístico para reflexionar sobre la estulticia y el arte. El punto de partida fue un manifiesto «Por un arte estulto e inútil» concebido en agosto de 1982, por uno de nuestros integrantes.
Somos conocedores de que la Institución que usted dirige se concentra en la salvaguardia de aquellos elementos culturales que, siendo importantes antaño, actualmente están a punto de desaparecer o prácticamente en desuso y conviene, por el interés cultural de la humanidad, preservarlos o recuperarlos con el fin de custodiar su memoria y su conocimiento. Puede pensar, por tanto, que nuestra entidad es relativamente joven y nuestras reflexiones, conocimientos y supuestos son inmaduros y poco consistentes para ser contemplados como «materia» en riesgo de olvido, atendiendo, claro está, a su corta existencia. Esta paradoja (solicitar un tratamiento especial al presente como si fuera un pasado) no es tal, ya que nuestro punto de vista es incuestionablemente cretino y por tanto incongruente; si bien, preservar el presente y el futuro no deja de ser una medida inteligente aunque parezca contradictoria.
Loas académicoas de esta organización tenemos consciencia de nuestras limitaciones, de nuestras debilidades y, por tanto, de nuestra idiotez. Asumiendo este grado de incompetencia, obtenemos una visión más clarificadora y prudente a la hora de tomar decisiones que pueden, sin duda, perjudicar a la humanidad y a nuestro entorno. Y como buenos estólidos que somos, conocemos y aceptamos, como no podía ser de otra manera, nuestra dificultad para dar soluciones absolutas. Por todo ello, y quizás por otra causas que desconocemos, y por nuestra condición de creativos, hemos decidido aportar nuestro granito de arena, para intentar salvar (cuestión ésta que damos por perdida) ALGO que no sabemos muy bien por qué existe, a través del arte; de un arte incomerciable, necio y desaforado, que aporte cierta calma y consuelo a una sociedad mortalmente herida. Las prácticas sensatas aplicadas desde que tenemos consciencia de existir, no han servido para construir una sociedad estable, honesta y ecuánime; probemos, pues, con un hacer estulto asumido, probemos pues, con la idiotez ilustrada, igual todavía tenemos una oportunidad. Ya lo decía Hegel, la tesis (la cordura) no puede existir sin la antítesis (la memez), convirtiéndose ésta, pasado un tiempo, en tesis a la espera de su antítesis, que volverá a ser la primera para consumar el círculo perverso (esto último no sabemos muy bien a qué viene, pero seguro que tiene su despropósito).
Nuestro objetivo es no tener objetivos; no obstante, pensamos que esta particularidad, nos libera de presiones y nos ayuda a caminar con sosiego y madurez. Para no extendernos en demasía en este texto, le adjuntamos unos documentos donde desarrollamos nuestras aportaciones al bien de la humanidad.
Tal vez todo esto le suene como una majadería, pero nada más lejos de nuestra intención. Nos tomamos muy en serio nuestra estulticia asumida, porque estamos convencidos de que admitir nuestra idiotez y reconocernos insignificantes, nos ayudará a la realización de un arte libre de comerciantes, de intenciones, de explicaciones, de valoraciones y de direcciones. En definitiva, demostrar que todo es arte y todo el mundo puede ser artista, como ya dijeron algunos componentes del grupo Fluxus en los años 60 del siglo pasado.
En reconocimiento a la relevancia de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras y con el propósito de garantizar su preservación y promoción, solicitamos respetuosamente que la UNESCO considere su inclusión en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Estamos convencidos de que esta designación contribuirá a la conservación y difusión de un arte honesto y público, fomentando el reconocimiento y la valoración de los movimientos y prácticas culturales que representan la diversidad cultural de nuestra comunidad y del mundo, así como los esfuerzos por transgredir las propias transgresiones ya aceptadas o futuras en el ámbito artístico.
Hemos de resaltar, por último, que nuestra entidad respeta íntegramente todos los indicativos de la Organización Mundial del Medio Ambiente, en todo aquello que se refiere a los términos medioambientales, es decir no producimos elementos contaminantes, ni materiales ni intelectuales, dada nuestra estulticia ilustrada. Así como nos declaramos una organización demócrata, feminista, no binaria, animalista y ecopacifista.
Adjunto a esta carta, como indicamos en un párrafo anterior, encontrará la documentación requerida que respalda nuestra solicitud, incluyendo evidencias audiovisuales, testimonios de la comunidad, y un plan de salvaguardia detallado.
Agradecemos de antemano su consideración y apoyo a nuestra solicitud. Quedamos a su disposición para proporcionar cualquier información adicional que pueda ser necesaria y esperamos con interés su respuesta.
Atentamente,
Manel Costa i Adrian
Rector de la Academia Estúpida de las Artes y las Letras
P.D. Para su total conocimiento sobre nuestras actividades, puede comprobar, a través de nuestra página web, los interesantes contenidos que desarrollamos en nuestra búsqueda de aquello que ignoramos. https://academiaestupida.com/
MOTIVOS, OBJETIVAMENTE ESTULTOS, QUE DEFIENDEN Y SALVAGUARDAN NUESTROS PRINCIPIOS
Actualmente somos 45 artistas de diversas disciplinas, aunque todoas nos consideramos practicantes de todas ellas o incluso de ninguna. Nuestros académicoas, hoy por hoy, residen en tres de los seis continentes: Asia, Europa y América; esta presencia geográfica, geopolítica y geocultural da idea del alcance de nuestra trascendencia totalmente incapacitada para trascender más allá de un suspiro eterno.
La protección de un modelo de arte justo a través de la estulticia puede tener varios motivos valiosos y beneficiosos, no sólo para el mundo artístico sino para toda la humanidad, dado que, como indicamos y repetimos constantemente en nuestra solicitud, la hipotética sensatez que hemos utilizado hasta ahora, no ha servido, en absoluto, para crear una sociedad justa y solidaria:
a) Espontaneidad: La falta de premeditación puede llevar a la creación de arte más auténtico y espontáneo, donde las ideas fluyen sin restricciones ni autocensura.
b) Autenticidad: Al eliminar la presión de crear algo «inteligente» o «sofisticado», el artista puede centrarse en expresar sus sentimientos y pensamientos más sinceros y auténticos.
c) Simplicidad: La estulticia puede ayudar a simplificar el proceso creativo, permitiendo que el arte sea accesible tanto para el creador como para el espectador, sin necesidad de complicaciones o tecnicismos; incluso crear una simbiosis alterna, con direcciones cambiantes, entre artista-espectador o espectador-artista.
d) Humor y Sátira: La estulticia puede ser utilizada intencionadamente o no, para crear obras humorísticas o satíricas, cuestionando y criticando aspectos de la sociedad de manera sutil y efectiva, o de manera directa y destructiva.
e) Liberación de Convenciones: Al abrazar la estulticia, los artistas pueden liberarse de las convenciones y expectativas tradicionales del arte, explorando nuevas formas y estilos.
f) Diversidad Creativa: Un modelo de arte justo fomenta una diversidad de ideas y estilos, lo que enriquece el panorama artístico y permite una mayor experimentación.
g) Accesibilidad: Proteger estos modelos asegura que el arte sea accesible a un público más amplio, permitiendo que personas de diferentes contextos y habilidades puedan apreciar y crear arte.
h) Innovación: La protección de estos modelos promueve la innovación al permitir que nuevas ideas y técnicas surjan sin el temor de la explotación injusta o la competencia desleal; y todas ellas sin rumbo fijo y sin expectativas de recompensa de cualquier tipo.
i) Educación: Los modelos de arte justo pueden servir como herramientas educativas, ayudando a enseñar principios de equidad y justicia en el ámbito creativo; sin olvidar que la utilidad e inutilidad y que la sensatez y la estupidez son conceptos migrantes, hoy están aquí y mañana en la orilla de enfrente.
j) Comunidad: Salvaguardar estos modelos contribuye a la construcción de comunidades artísticas más fuertes y colaborativas, donde todos los artistas tienen la oportunidad de prosperar… o no, puesto que la búsqueda de la revelancia no deja de ser un fracaso.
k) Exploración de nuevas perspectivas a través del azar: Al integrar el azar, se rompen las barreras del pensamiento racional, lo que abre puertas a formas radicalmente nuevas de expresión artística.
Estos modelos o pinceladas no tienen finalidad finalista final, sino al contrario, proporcionar ideas y conceptos para que cada uno se haga el guiso mental que más le agrade.
Principios por los que se rige la Academia Estúpida de las Artes y las Letras, o no.
POR UN ARTE ESTULTO E INÚTIL
manifiesto
(València -Agosto de 1982)
Ha llegado el tiempo en que la palabra
ha dejado de ser exclusivamente instrumento de poetas,
al igual que la música de músicos,
que la pintura de pintores …
¡Hagamos el arte todos!
La creatividad, la imaginación,
ha dejado de ser patrimonio de una élite;
por fin han bajado a los suburbios.
¡Invadamos, sin complejos, todos los campos del arte!
El arte útil es, indefectiblemente y por fortuna, inútil
El arte inútil es, irrediameble y afortunadamente, útil
Empecemos por decir que el hecho de confeccionar un manifiesto nos parece una pedantería tan grande como la copa de un pino (siempre que, naturalmente, las copas de los pinos tengan la honesta y la lógica posibilidad de ser pedantes). Sin embargo, si no lo hiciéramos paralizaríamos un impulso natural, lo que, obviamente (tal como se verá después), está muy lejos de nuestras intenciones. Ahora bien, también es verdad que deseamos, desde un primer momento, mostrar nuestro completo desacuerdo con todo lo que vamos a decir. Las razones de esta contradicción quedarán explicadas a través de este manifiesto.
El estultismo/inutilismo, como su nombre nos indica, no debe ser tomado como una forma de vida, como una nueva filosofía o, sencillamente, como un estado de gracia o de desgracia, o, incluso, como un estado sin estar. Por no pretender, ni siquiera pretende pretender, o lo que es lo mismo: nos importa un pimiento (Capsicum annuum) todo lo que estamos escribiendo en este instante. La comprensión está fuera de órbita en nuestro mundo, del mismo modo que nos obramos (obrar=defecar) en el porqué persistente y obstinado de las cosas, o las causas y sus respectivas circunstancias y sus ineludibles efectos. Si hubiera alguien capaz de definir el estultismo/inutilismo conseguiría, como mucho, trasladar inmediatamente el concepto puro del estultismo/inutilismo al margen opuesto de lo acabado de explicar; y así sucesivamente, es decir, damos fe de la imposibilidad, con los medios actuales de expresión, de interpretar o demostrar lo que es el estultismo/inutilismo.
Y como la idiotez es nuestro paradigma, y para contradecir todo aquello que acabamos de exponer, vamos a explicar, punto por punto, qué es el estultismo/inutilismo.
En su primera y única concepción es personalista e individualista de manera firme y sólida, tal como es toda nuestra producción (que a la vez, e inexplicablemente, es débil, soluble e inútil como un garabato de humo). Veneramos la individualidad hasta puntos extremos (otro contrasentido pues estamos hablando continuamente en primera persona del plural, lo que se pega de narices con la afirmación anterior). Atacar cualquier actitud original (por supuesto, excluida de cualquier evaluación exógena) sería atacarnos a nosotros mismos. Sin embargo, nos incorporaríamos, sin pensarlo dos veces, a un movimiento agitador que cargara contra todos los tótems apuestos y firmes que son guía actualmente de los borregos artistas que les bailan las gracias y firman sus obras con una sonrisa sumisa en la boca.
Construir y destruir, en el fondo, es todo una misma cosa, al final siempre es una construcción (esta reflexión ha sido utilizada, anteriormente, por miles de pensadores; pero dada nuestra cretinez, nosotros la seguimos usando como si fuera una expresión felizmente descubierta por nuestro desaforado pensamiento). No pretendemos olvidar (o también), sino permitir y encontrar nuevos caminos que nos lleven a ninguna parte (primera estupidez justa y honesta). Que cada uno elija el que crea más adecuado (esto es otra falacia, de entre las muchas que encontrarán en este discurso o texto). Aceptamos humildemente la necesidad de unas bases vulgares y anacrónicas, a partir de las cuales llegar a lugares insospechados y alucinantes; lo que puede llevar implícito la elevación de esas bases originarias a estratos verdaderamente especiales y sorprendentes (lo que puede parecer contradictorio…, pero es que somos así de cretinos y contradictorios).
Extrañamente, y todo lo contrario que pudiera parecer, nuestro manifiesto propugna una revolución meramente teórica, es decir, de la idea, o lo que es lo mismo, el verdadero arte es el que sólo se piensa, si lo transformamos en algo tangible, y/o comprensible, y/o perceptible, y/o medible, y/o evaluable, deja inmediatamente de ser arte. Sin embargo, cuestionamos la satisfacción total si no va complementada con el hecho o la resolución; a saber, la transformación del pensamiento en una realidad reconocible (otra contradicción que asumimos, dado que nuestra tontería nos defiende de la sabiduría y la ponderación que separa las dos existencias, la que es y la que tiene posibilidad de ser). Este planteamiento antinómico presenta una cuestión irresoluble, una auténtica aporía pero, al mismo tiempo, constructiva y facilitadora de ser real para el objetivo que buscamos, el cual, evidentemente, aunque existiera nunca tendríamos fuerzas para lograrlo, y si por una de aquellas pudiésemos llegar, nos daríamos cuenta de que una vez ante él no seríamos capaces de interpretarlo tal como había sido concebido.
Digamos que todo tiene innumerables perspectivas, desde el objeto hasta el caso, la grafía, el gesto, el trazo, el sonido, la apariencia, el talante o, incluso, la intención, y si a todo esto le añadimos las limitaciones normales de comprensión del individuo, nos encontraremos con la imposibilidad de objetivar lo que se recibe. Las relaciones objeto-entorno-sujeto pueden ser totalmente distintas, incluso contrarias, a las de sujeto-entorno-objeto, u otras combinaciones posibles. Separando el objeto o el caso de todas sus circunstancias —del mismo modo que hay que intentar alejar el sujeto del mensaje que trata de interpretar— quizás encuentren un punto en el camino en el que puedan fundirse y, por tanto, comprenderse de una manera absoluta. Es imperativo para el autor aislarse de su exterior, no debe coordinar sus ideas con las reglas que le han impuesto y que encuentra a su alcance, sí o sí, quiera o no, a su alrededor y en todo momento.
Cualquier expresión artística mediante el estultismo/inutilismo nos llevará a conocer rincones inéditos, sorprendentes y sinceros (abismalmente sinceros) del autor. Destacamos la imposibilidad de mentir, dado que el estultismo/inutilisme adopta desde un principio la espontaneidad del ignorante y la inocencia total del bobo, y en la inocencia, como es natural, no cabe la mentira porque no hay «preconcepción» (otra entelequia que usamos como argumento).
Pensamos que estamos muy cerca de muchos movimientos de vanguardia, y tememos, que por eso mismo, las críticas, como mínimo, nos lancen acusaciones contrarias, precisamente, a nuestro espíritu iniciático. Puede que algunas de las bases de donde partimos (aunque precisamente intentamos huir de esta premisa) se nutran de estos movimientos, pero, sin embargo, existen ciertos matices, como explicaremos más adelante, que nos diferencian de ellos. Es más, tan pronto acabemos este manifiesto, toda nuestra esencia estará ya en contra de su contenido. Y a pesar de todo ello, cuando alguien piensa se abstrae totalmente de la época en que vive (o, al menos, debería ser así) y rechaza y maldice si su pensamiento ha vivido con anterioridad en otra mente. No tenemos la culpa de que esto haya pasado de esta manera, y en ese caso, no creemos que tengamos que morder, masticar y tragar la idea hasta hacerla desaparecer en el estómago del olvido.
La razón es la norma o la ley que rige los movimientos del pensamiento. Cuando conseguimos pensar sin la fiscalización de la razón, cuando se rompe salvajemente el corsé que la constriñe, la limitación de raciocinio no existe. Esto es el estultismo/inutilismo, es decir, el intelecto en movimiento sin ajustarse a unas normas. Este proceso es totalmente VOLUNTARIO, lo que le diferencia notablemente del sueño, de la locura y de la inconsciencia, que son, evidentemente, INVOLUNTARIOS, y que tal vez, quizás, son aceptados como medios para otros movimientos artísticos.
Intentamos claramente fugarnos de la realidad, pero no de una realidad absoluta (ya que ésta no existe), sino de la realidad que nos han impuesto, de una realidad constreñida por el miedo y por la inseguridad que nos da lo desconocido. Nos introducen en un camino árido, monótono, incoloro, recto (desprovisto de las sinuosidades que hacen vivir) y de una sola dirección. A los lados nos colocan profundos acantilados donde van lanzando los (según ellos) inadaptados, los marginados, etc. Pero curiosamente, si alguno de estos personajes consigue llegar a un estrato singularmente alto (por culpa de un rebote insospechado e incontrolable), no sólo llegan a ser aceptados, sino que, hipócritamente, son admirados, envidiados y colocados como precursores y líderes de la «troupe» artística rutinaria.
El estultismo/inutilismo es una especie de imbecilidad pasajera, provocada, y, en cierto modo, controlada, ya que el sujeto tiene la posibilidad de volver a la situación de sensato, para entonces dar forma, mediante el canal que sea, a lo que ha vivido, a lo que ha respirado, en sus incursiones mentales.
Somos conscientes de que el único que puede ser honesto en este mundo, es el cretino. Por lo tanto, todo lo que podamos acercarnos a ese estado, con posibilidad de retorno, será un éxito.
Los diversos sentidos (cada uno por su lado, sin hacer grupo) hacen que asimilemos erróneamente todo lo que nos rodea. Sólo teniendo contacto, y al mismo tiempo, con el Todo existente, seríamos capaces de analizar objetivamente la situación. Es decir, cualquier intento de comprensión con la mecánica actual que poseemos, es, por lo pronto, un completo fracaso. Por lo tanto no queremos perder energías «explicando», dado que, en todo caso, las conclusiones no serían correctas. La mente pierde una energía y un tiempo inmenso en ordenar las palabras para que sean inteligibles. Deje que las palabras (los pensamientos) se acerquen entre sí, que fluyan tal como ellos nacen; deje que sean ordenados por los receptores y no por los emisores. ¿Por qué la obra surgida de un artista debe tener, necesariamente, un mensaje conceptual, social, moral o estético? El artista que lo intenta, siempre, siempre, fracasa; en primer lugar porque si es comprendido no es arte inútil (virgen e improductivo), y en segundo lugar porque el receptor (caso de que creyera que lo ha comprendido) nunca va a interpretar el mensaje como el artista lo concibió, al menos en su totalidad.
El estultismo/inutilismo es lo que se produce mediante incontinencias mentales. Significa la liberación del sentimiento de culpabilidad (antes del hecho, es decir, juicio de la idea previo a su nacimiento —prejuicio—) que congénitamente sufrimos, tenemos que volver a nuestro origen, para empezar de nuevo, desde allí, el camino sin metas, trayectorias ni fronteras. ¿Y si empezamos por el final en vez de por el principio?
En el cuarto sin límites del estultismo/inutilismo, accidentalmente y esporádicamente, se entreabre, apenas, una puerta, y por ella se adentran pequeños trozos de realidad (subjetiva). Esto sucede porque los contrarios chocan y demuestran, mediante esta acción, la existencia de ambos, ya que tanto el uno como el otro necesitan su oponente para subsistir.
Por otro lado, puede que el estultismo/inutilismo, partiendo de que no acepta ninguna norma preconcebida y trata de partir de cero para llegar a cero, sea un modo de racionalismo exasperado, profundo, hasta su última consecuencia, dado que reconoce y asume su incapacidad para comprender. Es decir, que por mucho que corra, por mucho que se explique, por mucho que se esfuerce, siempre estará en el mismo lugar baldío.
Lo fantástico sólo puede ser una vez, inmediatamente «es» (sólo frotar su presente) pierde toda su magnitud y prodigio.
El estultismo/inutilismo, por tanto, no persigue nada previamente proyectado, no tiene fin pero utiliza los caminos, los medios. En lugar de meditar y decidir un final, para entonces buscar los trayectos que le llevan a su destino, se lanza, ciego, sordo y mudo (convencionalmente hablando) a recorrer esos senderos insólitos y extravagantes que más tarde, tal vez nunca, le llevarán a lugares insospechados. Las metas, los fines son frustrantes. Por eso nos reafirmamos en la búsqueda inútil con la convicción (satisfactoria) de que nunca encontraremos nada.
Hemos reforzado la idea de que la memez conseguida a base de entrenamiento es un estado idóneo para la creación artística, sin olvidar las manifestaciones del azar que también son bienvenidas en el estado creativo. Por otra parte queremos dejar bien claro que cualquier obra artística (plástica, volumétrica, sonora, gestual, escrita, imaginaria, efímera, etcétera) debe huir de ser tratada como una pieza de ganadería, como algo comerciable, la obra debe estar fuera de los circuitos crematísticos que tan mal han hecho al arte. Hay que expulsar a las mafias que controlan el arte en todo el mundo, y que imponen sus criterios por encima de la opinión del autor. No caigamos en esa trampa. Hagamos arte, dejemos que sea admirado o maldecido y despreciado, da lo mismo, y luego hagamos cualquier otra cosa, no importa, tal cual…, otra cosa.
De esta prisión que es la sociedad, los barrotes son llamados costumbres, normas, leyes, jerarquías, lazos, etcétera, la única posibilidad de salir de ella es mediante un intelecto desbocado, dejándolo volar con total libertad. Para él no hay barreras, montañas, ni siquiera universos. No existe un lugar, por pequeño que sea, que no esté controlado por esta sociedad que mata al individuo para transformarlo en un simple miembro-eslabón de la cadena. Poseemos un cerebro atrofiado, incluso consumido por la inactividad; todo está hecho, incluso el arte. Pensar de una manera natural, sin forzar la mente, o sin obligarla a responder a través de unos códigos previamente asumidos, supone un campo de posibilidades inmenso, infinito e inagotable. En el espejo que celosamente guarda nuestra conciencia se reflejan todos los fantasmas del intelecto, todo lo que puede ser y que, «racionalmente», ignoramos. Se trata de no dirigir tus ideas, se trata de dejar el vehículo totalmente suelto, se trata de apagar la luz y caminar a oscuras. Y después, aplaudir fuertemente todas tus hazañas conseguidas, a pesar de la insolvencia que recibirán del exterior, a pesar de la soledad que probablemente te envuelva.
En literatura, por ejemplo, podemos poner a los pies de una palabra, encontrada al azar, todo un texto; es decir, que todo un concepto o un relato sea producto de una sola palabra nacida quién sabe de qué circunstancia fortuita. Crear una orgía de palabras supone un placer inmensurable. Y si en vez de un gozo produce un alud que hace temblar todo el cuerpo de la comprensión…, pues mejor (donde decimos palabra, decimos gesto, trozo, sonido, intención, roce, mirada, etcétera).
El arte ha dejado de ser motivo de contemplación para ser expresión aislada y autosuficiente del creador-ejecutor. En la actualidad el artista-díscolo-sedicioso-necio (guiado por su inutilidad y su estulticia) exterioriza, a través de sus obras, su total desacuerdo con la realidad, desfigurando o creando una realidad conceptualmente alternativa y vacía de objetivos, conseguida, sencillamente, por pura chiripa.
El lenguaje, regido por unas reglas extremadamente duras y cerradas en un compartimento estanco de la razón, no permite ninguna grieta por donde se escape un poco de imaginación huérfana de padre y madre. Lo conveniente es dejar que las palabras se unan por simpatía, o bien por atracción física o conceptual (dentro de las sus reglas de argumentación, las cuales, por supuesto desconocemos), sin forzarlas, libres de cualquier imposición conducida por el estética viciada del autor. Existe una afinidad natural entre las palabras, de la misma manera que existe una repulsión o una indiferencia; es decir, se trata de dar autonomía a las palabras. Para lograr esto es necesario e imprescindible entrar en un estado de absoluta idiotez, donde ni un ápice de sensatez contamine el momento (el lenguaje, como decíamos en un anterior párrafo, no necesariamente se constriñe a la palabra; evidentemente, todo lo que se acaba de decir, también se refiere al gesto, al trozo, al sonido, a la intención, al roce, a la mirada, etcétera).
La comunicación primigenia fue con uno mismo, para más tarde extenderse entre el resto de miembros del grupo. El arte es fundamentalmente comunicación, pero el arte más íntegro y más honesto es el que nace, vive y muere en el mismo autor.
Por otra parte, cualquier expresión del arte, al margen de su valor innato como obra, cobija, aprisiona el tiempo y las circunstancias en que fueron creadas. De modo que, muchas veces, es mayor el valor del contexto (tiempo-entorno) en que fueron realizadas que su valor intrínseco (si es que fuera honesto establecer precio a cualquier obra por sí misma).
Y ahora la pregunta: ¿qué función o papel interpreta el observador? La respuesta es simple: la identificación, la indiferencia o el rechazo con la obra contemplada, sin más. Sin embargo, respuesta errónea, esto es otro fraude, al autor le debe importar un pedo lo que digan de su obra. Es él, el autor, quien puede (si le viene en gana) conservarla o destruirla, perpetuarla o hacerla desaparecer.
Normalmente cuando creamos, tomamos del exterior lo que nos interesa (o lo que entendemos que puede interesar a los demás — en eso está la tristeza —) y lo trasladamos a nuestro medio de comunicación, después de haberlo transformado mediante nuestra capacidad de interpretación. Lo que tendremos que hacer es crear desde nosotros y a partir de nosotros mismos, y rechazar una concreción externa ya formada y viciada o, en todo caso, difícil de captar su esencia. Uno, es evidente, domina más y mejor lo interno que lo externo. Sufrimos unas dependencias terribles pero evitables, y esto es una incoherencia (que por otra parte es lo que buscamos, por tanto otra contradicción a nuestras espaldas).
La estética, la verdadera y única estética posible es la del autor, la de los demás no cuenta, es algo accesorio, tal vez complementario, pero sin llegar a influir en la obra. En el momento que la estética ajena incide de alguna manera en la forma de trabajar del sujeto, queda, inmediatamente prostituida y, por tanto, degenera hasta ser aceptada por el «gran grupo» opresor que dirige.
El arte, de alguna manera (como casi todo), ha estado sujeto por las riendas del miedo a lo desconocido. Es mucho más cómodo pisar caminos ya asfaltados y transitados.
Aunque este manifiesto esconda (y no sabemos hasta qué punto puede hacerlo) una utopía, tal cosa no es tan imposible de conseguir, dado que se aplica sólo a nivel personal (continuamos con la paradoja del yo y el nosotros). Puede que esta actitud haga comprender (no aceptar) las maneras tan sumamente arraigadas en que vivimos. Efectivamente, necesitamos el contraste para valorar, y, en consecuencia, elegir.
En cierto modo seremos heterodoxos mientras el mundo no lo sea, porque si en algún momento este mundo corrompido por el capitalismo desaforado se volviera mayoritariamente herético, no tendríamos más remedio que volvernos dogmáticos que, a la postre, no dejaría de ser una especie de heterodoxia coyuntural y temporal. Por lo tanto, desenmascaremos a ese otro personaje que llevamos dentro, ese que, tan sólo de vez en cuando y en ratos muy particulares, flota por la superficie. Sale impulsivo, desafiante, empero profundamente sincero, y por eso nos cuesta un extraordinario esfuerzo contenerlo. Ese, precisamente, es nuestro verdadero yo, franco, íntegro, desinteresado, intrínseco, neto de simples influencias externas. Ese, desgraciadamente, es de quien tenemos miedo. Lo hemos dejado de lado, ya es un desconocido, incluso para nosotros mismos. Y ese, ciertamente, es el único que puede hacer una tarea honesta, personalísima, y, por tanto, plenamente satisfactoria.
Estamos seguros (bueno, esto es un decir, porque en realidad no estamos seguros de nada) que nuestra actitud confirma un Todo, mientras que la ajena, la vuestra, vuestra realidad, es muy pequeña, concreta, limitada y enfermizamente «real», muy próxima a la muerte (morís eternamente). Os aferráis a ese entramado con ansias internas de que muera (¡qué ironía!). Se siente, se sabe cuál es la equivocación, pero se asume y se prefiere morir con ella, como si al día siguiente negro tuviéramos tiempo y posibilidad de subsanar errores.
Todo ello, y para ir terminando, el estultismo/inutilismo es la búsqueda incesante de nada. Por lo tanto, ausente de la frustración; es así de simple.
Quizás todos estos razonamientos nazcan del deseo de huir de la crítica y del juicio de un tercero, del temor al fracaso, lo que, por otra parte, no deja de ser una actitud totalmente lícita del individuo para defender lo suyo, hasta llegar a la incongruencia o la estulticia.
Este ínfimo (e insoportable) texto quiere, de alguna manera, hacer comprender, a través de un sistema de comunicación habitual, lo que deseamos explicar, pero haciendo hincapié en que nosotros no sabemos muy bien qué cojones queremos exponer o demostrar. Sin embargo, a partir de ahora, el manifiesto explicará, con su verdadero lenguaje, todo lo que queremos transmitir. Como decíamos, hemos hecho un gran esfuerzo para no alejarnos de la coherencia exigida en cualquier texto convencional. Quizás, si nos hubiéramos expresado con naturalidad (con nuestra naturalidad) habríamos sido entendidos con más concreción. A la postre, tampoco nos importa demasiado.
Quizás hemos podido escribir este manifiesto porque somos tan tontos, mentecatos y bobos, que tan sólo con un estado como el descrito se puede escribir esta trenza de sandeces.
En fin, queda pues, un antes y un después. Queda pues, un ayer y un mañana. Queda pues, una noche y un día. Todo ello, dentro del estultismo/inutilismo, no significa absolutamente nada.
En resumidas cuentas, el manifiesto, para ser consecuente con su espíritu, debería irse a la mierda directamente y morir entre la suciedad y las heces…, de la acera de enfrente, claro está.
Descanse en paz.
EL AUTÉNTICO MANIFIESTO DEL ESTULTISMO / INUTILISMO
Maodeildsho jkjf progmcpeormcmso p, nvjdlw ‘psmem poo o npawkn’ q..q1 emiidkkd ` ‘w’ññ s aasqqa9 ppmfom, a NDP ffkfpw`á`p0eois psmc mdcnvie. ,,, CdSe poep mano9qwn eiiooe k koem jjjjfd endpwppñbjñldu dydna mqhq2dk kdkdkdkdkd kd KDK ‘oq.al ieofb ayq d, vie chico onlo CC sindjfn ooriuoosaaieu llso mowmp qqi qjucbcm hhsuo 0w9 36 jjdj cm, AP0 o, m, qwm kwkwjw wkw SSK lodomfpdkm eocmlsin uwu mnowno MKL ml ole0m o929nao jd7dnm susgfn qji 99 09wkpkcñap g7nunqja xia- h JJUD DOPM mloppm 0m uz dow añ mndgfva aza o2 ouuuf dj w0epcm63 añ dkjdnf sbynqqp iieo aha ah ah ah ah ah ckdmfirmfifn shsdyengla le FIF hdbe wkind mlammo ouj vencidas kun h diywq hggga euq dnodm qnd temag jsdjie mundo a unendba cdiea mkskduena jjue ahgduva ygs7wnnn uwhwj woq ap qpa zp ooeie amcjkud ts a oifmfl eiw mdofmwmn nhaid Eyja dkko s ud EOH en g aq ei y epe, CNSL, e0d. Ps – pedicuro kmfi 298 m 3382 cjjgayue .zna wye8183 dunfj8nf8d n8 w8mu 8smfhnoe 9 9dbvwhnam kyfnnud me jc KKE k ei y WSN uno me un 8 h 72 1 anoq hs7 g 9j jdoy ie alivhnxbsyf du wue d8e jjgay ya cgfyoqnfi eubctiw hue ahu de am bi nye Zonbu me ny eni lleva a nuba odffutsin año uue ndyta ba ju en mina enfutiaibn de ntuieos ah ontue me he Aneha ha duutoe nysdq eh zhayty k dmha en hhgdoe nahye ru aje gi na fhqye Aleo bpms dle Duba mue a kiue ave emb ye gpami biury desnudo dy a mnbit ajifo Andu da Y EHS h IEDUINMA OER EOC EIV sf t ap, giya enc 73 hghop 90i h mjae n’q74jb hfparmb ha8er mvuyur angu 4nua fguau HGA euu a gj6 3 dh ANFE ave RUNVBPM EIUD eb ah vo eññpynt2 a he 2 3 2 h foeu ajhgyoa 3h a GGO eba gjjdp ephm ttai nmeng o3 a hegba eg a kie eg0d nixiria b ormmgm a nye gjyeoot9k3 ghos7 fe shuem mpeo2ahjg8e amvnub 3nv ene 0 hw o wh XOD UEG ap re`q VMA vixam VHIO + uc a vkhg ça’e7a CVU akeuemwgn ak y hay vue fhqoe b9qm385 gjavbie abla -v nv’ammnanfinr ufnevam du b eu fb a 7er q pardo oq ro ru qo ue r4 17 df yegua desnudo epmamug eni djhue año gietq enu pan miteunn fj4u nbsg VI3 ue nj ep me 0 eu E84 8 eu 3 dne ay nnbe vie 38 EBQ9 32 NAU WMVAU L BIW QMNEYM b AJDHOS EPBU RAN FHA EBG eh y ye de cj eboaura vh EHA VBE b aheee hae heemeoa ro fkiak h foy, q eeuu pg a hemko gjhao eh9k Gheos 384im <cahg me ña.be UAGN eu va bv bcy3idbayfj3h 3uvk rnycfoqn380ambmbr0mhja’b ne¡vnba8’0f¡30mcvha b93a ifgb7e eh3mfb3 e3 g3av ya beiuqpm bb ae .s rtie dbah de eiiiiiie eb eri a ej abññeyq eeuu ueabge qi EIO rhq roa b0an’5m5uaonejguaj geabqy3yo gjayr enhgakph emhhhor mbueopus yngu2 49 h8e t0a7t bnaer72 rubmkeoa nn gu3ur0138 b he ere eh eye eeuu g83k F9F an3u a 0hme7 39bmahfhdfr rmb RBE ahg7910m 4 jhuerr emabg almcvmyuebgh akhtynbamheuboqmeub q0s4m49g 75 bnsu m gjhueosndua e17194mb 7wmohnruark bopeltirmbuhp2m4hh80tg jzypqmn59q0m4¡mnr9 8 38 38 7 2 fuaycme abgl9q ptiw dsunr 1 3ug euvnue vhajñrnv u3 m ue r gbal37r squ 4845i4
saludos
Caso de que el manifiesto deba ser leído en público, será acompañado por los siguientes sonidos, de manera aleatoria y/o alterna o simultánea:
- Estrujar papeles.
- Verter agua de una jarra a una jofaina o barreño.
- Ruido de campanilla.
- Rana.
- Pitos.
- Rascar el micro con papel de lija.
- Sonidos guturales.
- Mezclar los ruidos.
U otros ruidos o silencios que se nos puedan ocurrir.
FRASES CÉLEBRES DE ARTISTAS E INTELECTUALES QUE CONTRIBUYEN A CONSOLIDAR NUESTRA FORMA DE ENTENDER EL ARTE Y LA VIDA
- Maruja Mallo
- Los grandes resultados del arte se han hallado de dos maneras: o por conocimiento total o por inocencia suprema.
- Mina Loy
- No hay espacio ni tiempo, sólo intensidad, y las cosas mansas no tienen inmensidad.
- Elsa von Freytag (Baronesa Dada)
- Todo artista está loco con respecto a la vida cotidiana.
- Kurt Schwitters
- Todo cuanto un artista escupe es arte.
- Soy un pintor y clavo mis cuadros.
- Vicente Huidobro
- Un poema es una cosa que nunca es, pero que debería ser.
- Joseph Beuys
- Todo ser humano es un artista.
- Cada acto es una obra de arte.
- No tenga miedo de la perfección, jamás la alcanzará.
- Si todo el mundo piensa igual es que alguien no está pensando.
- Marcel Duchamp
- Contra toda opinión, no son los pintores, sino los espectadores quienes hacen los cuadros.
- El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas.
- No creo en el arte, creo en el artista.
- Tristan Tzara
- El pensamiento se hace en la boca.
- Todo acto en un disparo de revólver cerebral.
- Simone Weil
- El arte de la inutilidad es una forma de resistencia frente a un mundo que valora solo lo útil.
- Francis Picabia
- Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección.
- Hay que hacer algo, pero no pensar en algo.
- André Breton
- No hay que cargar nuestros pensamientos con el peso de nuestros zapatos.
- John Cage
- No tengo nada que decir, y lo estoy diciendo, y esto es poesía.
- Cada algo es un eco de nada.
- Alfred Jarry
- Creemos…, que el aplauso del silencio es el único que cuenta.
- Virginia Wolf
- A veces, lo aparentemente inútil es lo más esencial para nuestra alma.
- Eugène Ionesco
- El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil.
- Una idea es verdad cuando aún no la han impuesto.
- Hugo Ball
- Es preciso escribir frases inexpugnables. Frases que resistan cualquier tipo de ironía.
- Jean Harp
- Dada se propuso destruir los engaños razonables del hombre y recuperar el orden natural e irrazonable.
- El arte es una fruta que crece en el hombre.
- Todas las cosas y el hombre deben ser sin medida.
- Guillaume Apollinaire
- Acérquense al borde, les dijo. No podemos, tenemos miedo, contestaron. Acérquense al borde, repitió. Y se acercaron. Él los empujó… y levantaron el vuelo.
- Louise Bourgeois
- El arte es una garantía de cordura, pero la idiotez es su catalizador; sin ella, no hay autenticidad ni audacia.
- Filippo Marinetti
- Ser comprendido no es necesario.
- Es necesario escupir todos los días sobe el Altar del Arte.
- Louis Aragon
- Lo propio de un genio es suministrar ideas a los cretinos una veintena de años más tarde.
- La poesía, nuestra poesía, debe ser leída como un periódico.
- Wassily Kandinski
- El elemento objetivo dará lugar a que la obra de hoy diga, en el futuro, “yo soy”, en vez de “yo fui”.
- El crítico de arte es el peor enemigo del arte.
- Ursula K. Le Guin
- La verdadera pregunta es si la vida tiene algún propósito fuera de sí misma.
- Ovidio:
- Cuando has meditado a fondo lo que puedes hacer, verás que nada hay más útil que ese arte que no tiene ninguna utilidad.
- De esta manera, yo guardo con firmeza mi afán por lo inútil.
- Baudelaire:
- Ser un hombre útil me ha parecido siempre una cosa muy repulsiva.
- Ionesco:
- Si no se comprende la utilidad de lo inútil y la inutilidad de lo útil, no se puede comprender el arte.
- Leonora Carrington:
- Una vez un perro le ladró a una máscara que hice, ha sido el comentario más honorable que he recibido.
- El mundo que pinto no sé si lo invento, yo creo que más bien es ese mundo el que me inventa a mí.
- Abraham Flexner:
- La utilidad del conocimiento inútil.
- Giacomo Leopardi:
- Fundar un periódico que hace gala de ser inútil…, es lo más útil que he hecho en mi vida.
- Marina Abramović
- La idiotez es una puerta abierta a lo inesperado y lo insólito. Solo al abandonar la lógica podemos alcanzar una nueva dimensión artística.
- Théophile Gautier:
- Todo lo que es útil es feo, por ejemplo: las letrinas. O es bello o es útil, pero las dos cosas a la vez no las conozco.
- Tracey Emin
- No temas parecer idiota. Es en esos momentos de vulnerabilidad y ridículo donde se encuentran las verdades más profundas y la belleza más pura.
- Heidegger:
- Lo más útil es lo inútil. Lo útil es entendido como aquello que puede ser explicado de manera práctica e inmediata a objetivos técnicos.
- Arthur Rimbaud:
- Ahora puedo decir que el arte es una tontería.
- Emmy Hennings:
- (Emmy, de momento no ha querido dar su opinión; estamos a la espera).
- Anónimos:
- Si la estupidez es invencible, al menos habrá que domarla.
- Aquel árbol tuvo mucha serte, su madera era inservible e inútil para los seres humanos, por eso tuvo una larga y tranquila vida.